Los New York Knicks, con Jalen Brunson como nuevo ídolo en la Gran Manzana, vencieron este jueves a los Sixers en Filadelfia por 115-118 y eliminaron a la franquicia de Joel Embiid por 2-4 en una primera ronda del ‘playoff‘ absolutamente vibrante y emocionante.
En las semifinales del Este de la NBA, los Knicks se enfrentarán a los Indiana Pacers, que también despacharon por 4-2 a los Milwaukee Bucks.
Brunson deslumbró con 41 puntos y 12 asistencias (cuatro partidos seguidos con más de 40 puntos) pero Josh Hart fue imprescindible con un triplazo a falta de 24.4 segundos.
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La pasión y la alegría han vuelto a un Madison Square Garden enamorado de un equipo que ha hecho del sacrificio y la garra su seña de identidad: son un conjunto limitado en calidad y talento, pero nadie les supera en corazón y rabia.
Al frente se sitúa, no obstante, un Brunson imparable que se ha hecho hueco entre las figuras más importantes de la liga.
La fiebre por los Knicks ha vuelto a contagiar a Nueva York, enganchada a un equipo que, pese a ser un gigante de la NBA, no conquista un anillo desde hace 51 años (1972-1973) y no llega a unas Finales desde hace 25 (1998-1999).
Todo lo contrario viven en Filadelfia, con un naufragio más para el proyecto de un muy digno Embiid, que ha hecho todo lo posible para jugar pese a sus problemas físicos.
Aun así, el MVP de 2023 lleva ocho campañas en Filadelfia y nunca ha alcanzado la final del Este.
El pívot lo dio todo con 39 puntos y 13 rebotes y Buddy Hield, insignificante hasta hoy, respondió con 20 puntos y 6 triples, pero los Sixers extrañaron al mejor Tyrese Maxey (solo 17 puntos tras los 46 del martes).
Además de Brunson, Donte DiVincenzo (23 puntos y 7 asistencias sin descansar ni un solo segundo), OG Anunoby (19 puntos y 9 rebotes) y Hart (16 puntos, 14 rebotes y 7 asistencias) estuvieron espectaculares en unos Knicks irreductibles pese al calvario de lesiones que sufren.
Con solo 150 kilómetros entre Nueva York y Filadelfia, la serie ha regalado momentos fascinantes: el épico triunfo de los Knicks en el segundo partido remontando un -5 en el último minuto, los 50 puntos de Embiid en el tercero, los 47 de Brunson en el cuarto o los 7 de Maxey en el desenlace del quinto para darle una victoria increíble a los Sixers en la prórroga.
Además, después de que los seguidores de los Knicks ‘invadieran’ Filadelfia el domingo, los dueños de los Sixers compraron para este jueves 2.500 entradas de las webs de reventa para asegurarse la ventaja local.
Una montaña rusa
Si los fans neoyorquinos temían que el milagro de Maxey hubiera dejado tocada la moral de los Knicks, respiraron aliviados con el impresionante primer cuarto de los suyos.
Con un 22-36 tras una máxima de +22, los Knicks, guiados por Brunson (10 puntos), avasallaron a los Sixers en todos los apartados, incluyendo el rebote (10-16 con 9 de ellos ofensivos).
Sin embargo, la reacción de Filadelfia fue igualmente explosiva, con un impactante 32-15 en el segundo cuarto que les permitió llegar al descanso por delante (54-51).
Embiid consiguió 17 puntos al descanso, pero el factor diferencial fueron los sospechosos no habituales de los Sixers: Cam Payne, Nicolas Batum y, sobre todo, un Hield inspiradísimo con 17 puntos y 5 triples.
En los visitantes, completamente sobrepasados en el segundo periodo, Brunson fue el más productivo con 16 puntos.
La montaña rusa del partido continuó en la reanudación. Maxey, gris antes del intermedio (solo 2 puntos), le dio a los Sixers un +10 en el ecuador del tercer periodo (71-61).
Las estrellas pidieron la palabra: Embiid se salió con 16 puntos en ese cuarto, pero Brunson con 11 capitaneó a unos Knicks que igualaron el marcador antes del último acto (83-83).
El base de los Knicks, absolutamente demoledor, metió 14 puntos en el cuarto periodo y Anunoby clavó un mate imponente que dio a los Knicks un +8 a falta de solo 2.43.
Pero los Sixers se resistían a morir y empataron el encuentro en el último minuto con una canasta adicional de Maxey.
Ahí apareció Hart, que tras un dos para uno a Brunson asumió la responsabilidad y selló un triple frontal que vale un pase a las semifinales del Este.