El transporte público ha sido uno de los más grandes dolores de cabeza para los gobiernos nacionales, principalmente en los últimos 25 años, donde se han hecho grandes inversiones estatales para lograr su modernización con la implementación de la Oficina Nacional de Servicios de Autobuses (ONSA), el Metro de Santo Domingo, Teleférico y hasta sacrificios fiscales para que los sindicatos puedan adquirir vehículos en las diversas rutas operadas de manera privadas, pero para la colectividad.
El actual gobierno ha puesto en marcha varios planes ligados al transporte público, como ha sido poner rutas de autobuses y sustituir los conocidos carros públicos en avenidas como la Nuñez de Cáceres y la más actual, la Winston Churchill, algo que busca adecentar el transporte que millones de dominicanos toman a diario para salir de sus casas al trabajo, la escuelas, universidades, médicos y más.
Estas acciones deben ser apoyadas, ya que con ellas se podría conseguir una mayor calidad en el transporte, además de que es una forma de combatir el caos del tránsito y que arropa el Gran Santo Domingo. Por eso, todos los grupos sociales, políticos, empresariales y sindicales deben estar a una con este adecentamiento para que no solo dure estos cuatro años, sino más bien que sea algo para todas las futuras generaciones.
