jueves, abril 25, 2024

Ahora que Fiona se fortalece, ¿Qué significa huracán categoría 3?

Santo Domingo. –  Fiona tocó a la República Dominicana la madrugada del lunes por la región Este como categoría 1. Abandonó el país fortalecido en la categoría 2 y en poco tiempo subió a 3, lo que significa que los vientos serán más intensos y fuertes lluvias para los territorios que encuentre a su paso.

Esta nación caribeña ha sido impactada en casi 100 años por varios ciclones que, por la fortaleza y furia de sus vientos, han devastado parte de la isla, además de causar miles de muertes, dejar a miles de personas damnificadas y pérdidas materiales millonarias.

Entre estos fenómenos se destacan el huracán San Zenón (categoría 4), en 1930; Inés (categoría 5), en 1966; David (categoría 5), en 1979 y Georges (categoría 4), en 1998.

En este 2022, gran parte de Quisqueya se encuentra sumergida en los fuertes vientos y las intensas y prologadas lluvias del huracán Fiona, que azotó tanto el este como el nordeste, dejando a cerca de mil personas en albergues, comunidades incomunicadas, infraestructuras fuera de servicio, entre otros daños.

Del 1 al 5

¿De dónde surgen las categorías de un huracán? ¿Cuáles son esas características que los identifican?

Los huracanes están clasificados en magnitud, según la Escala Saffir-Simpson.

Fue en 1969 cuando el ingeniero civil Herbert Saffir creó un sistema de cinco categorías para describir la fuerza de los huracanes y advertir así a millones de personas de los peligros potenciales de una tormenta en camino.

Esta metodología sentó las bases para definir, por primera vez, qué tipo de daño podía esperarse de un huracán.

Su interés de crear esta escala era parte de un proyecto de Naciones Unidas para minimizar los daños provocados por los huracanes en los edificios de bajo costo.

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Basándose en la escala de Ritcher (que mide la intensidad de los terremotos), el ingeniero elaboró una escala de 1 a 5 basada en la velocidad del viento y en su efecto sobre las estructuras.

Más tarde, esta escala fue expandida por Robert Simpson, exdirector del Centro Nacional de Huracanes, quien añadió los efectos de la marejada y las inundaciones.

Desde los años 70 comenzó a conocerse como la escala Saffir-Simpson.

Sin embargo, la versión basada únicamente en los vientos es la que se usa desde 2010.

A continuación mostramos las categorías y sus características.

Huracán categoría I: Fenómenos con vientos que van de los 118 a los 153 kilómetros por hora capaces de generar daños en árboles, arbustos, viviendas sin mucha seguridad y algunos letreros. Se le considera altamente destructivo.

Huracán categoría II: Producen vientos que alcanzan los 177 kilómetros por hora y que pueden ocasionar daños considerables en árboles, viviendas, techos, puertas y ventanas sin previa seguridad. Está considerado altamente destructivo.

Huracán categoría III: Por los fuertes vientos que van de los 178 y hasta los 209 kilómetros por hora, sube de categoría en peligrosidad ya que puede generar consecuencias extremadamente destructivas. Las marejadas alcanzan de 2 a 3 metros sobre lo normal, aumentando el riesgo de inundaciones.

Huracán categoría IV: Circulan sus vientos de los 210 a los 249 kilómetros por hora, produciendo un colapso de ventanas, puertas, paredes y techos de viviendas pequeñas. Tanto árboles como letreros pueden resultar arrastrados por el viento a distancias lejanas. Se producen marejadas de entre 3 y 5 metros sobre los niveles normales, por lo que los pisos más bajos suelen quedar afectados por el influjo de las inundaciones.

Huracán categoría V: Es el más alto de toda la clasificación, alcanza vientos sobre tierra firme que van por encima de los 240 kilómetros por hora, por lo que se le considera exageradamente destructivo. Genera daños muy severos a viviendas y estructuras, muchas de ellas colapsan ante los fuertes vientos. Se pueden observar daños de gran importancia a medio kilómetro de distancia de la costa.

Cómo nace un huracán

Cuando agua de mar caliente se evapora; y asciende hacia zonas altas de la atmósfera desde una superficie en las áreas tropicales se puede producir el nacimiento de un huracán.

El vapor de agua se condensa y da origen a nubes y lluvias, proceso en el cual se libera una gran cantidad de calor.

Mientras el fenómeno permanece sobre el agua caliente, se fortalece y crece. Tras varias horas o días, la tormenta se va intensificando hasta convertirse en huracán cuando los vientos de su entorno se organizar; y empiezan a rotar a velocidades superiores a los 120 kilómetros por hora.

Cuando los huracanes se desplazan a tierra, en cambio, no existe suficiente evaporación para mantenerlos.

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