LOS ÁNGELES – La rivalidad entre los Dodgers y los Padres volvió a encenderse la noche del martes en el Dodger Stadium, cuando una serie de pelotazos, advertencias y la expulsión del manager Dave Roberts marcaron un tenso tercer inning en la victoria de Los Ángeles por 8-6.
La tensión estalló cuando Fernando Tatis Jr. fue golpeado por una recta del relevista Lou Trivino en la parte alta del tercer episodio. En la parte baja de esa misma entrada, Shohei Ohtani recibió un pelotazo en la pierna derecha por parte del abridor dominicano Randy Vásquez. Fue entonces cuando los umpires emitieron advertencias para ambos equipos.
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Roberts no tardó en mostrar su inconformidad desde el dugout, aparentemente exigiendo la expulsión de Vásquez. Su reclamo escaló hasta el punto de ser expulsado por el umpire de tercera base, Tripp Gibson, aunque el propio Roberts admitió más tarde no haberse dado cuenta del momento exacto de su expulsión.
“Con Tatis, no fue intencional”, comentó Roberts. “Pero con Ohtani, había una base libre. Es difícil fallar así con un lanzador derecho. Lo golpeó después de intentarlo una vez. Fue absolutamente intencional”.
Según el jefe de umpires Marvin Hudson, Roberts fue expulsado por discutir las advertencias, algo que no está permitido. La situación generó aún más malestar en el manager de los Dodgers al saber que su contraparte, Mike Shildt, sí recibió una explicación detallada en el terreno.
Los implicados en los pelotazos, sin embargo, negaron cualquier intención maliciosa. “No fue intencional en lo absoluto”, aseguró Vásquez, explicando que intentaba trabajar a Ohtani con lanzamientos por dentro. Shildt respaldó esa versión, aunque reconoció que el golpe a Tatis no cayó bien dentro del equipo.
La noche anterior, el cubano Andy Pagés había sido golpeado en el protector del codo por Dylan Cease, desatando ya sospechas de intencionalidad. Pagés respondió con dos jonrones en el juego del martes, siendo clave en la victoria angelina que amplía su ventaja a cinco juegos sobre San Diego en la División Oeste de la Liga Nacional.
La tensión continuó en la séptima entrada, cuando José Iglesias fue golpeado en la mano izquierda por un lanzamiento de Matt Sauer. Aunque hubo protestas, no se produjo expulsión. Hudson explicó que en ese caso no percibieron intención, una opinión que compartió en parte Shildt.
“Las emociones estuvieron a flor de piel, pero no vi mala intención ahí”, comentó el dirigente de los Padres. “A veces, simplemente se escapan los lanzamientos”.