viernes, abril 19, 2024

El Metro de Leonel y el Teleférico de Danilo

Cuando un país define su sistema de transporte en base a las realizaciones que lleven a cabo dos de sus expresidentes y que trabajar sobre una de esas modalidades resultaría favorecer las gestiones de gobierno de uno de estos, obviamente que los resultados serán los obtenidos hasta el momento en la República Dominicana en materia de transporte.

El país sigue presentando números rojos en esta materia, que aunque pudiera resultar eficiente en términos de frecuencia, lastimosamente tenemos que reconocer que es un transporte totalmente caótico e indigno, en el cual los ciudadanos no tienen otra opción que no sea asumir las decadentes unidades de transporte para dirigirse a cualquier punto del país, con el agravante de que esto resulte un verdadero riesgo de llegar con vida a su destino producto de las malas condiciones en la que está el parque vehicular del transporte público dominicano. Todo esto como consecuencia de la poca revisión o regulación con relación a las condiciones en que circulan los vehículos en República Dominicana, muy a pesar de que la Ley 63-17, en el artículo 166, hace un esfuerzo de imponer la Inspección Técnica Vehicular (ITV), que no es más que inspeccionar cada año que los vehículos no constituyan un peligro para los usuarios ni contaminen el medioambiente. Hasta el momento esto no se ha implementado, lo que incide de manera directa en la gran cantidad de muertes por accidentes de tránsito en República Dominicana.

Un buen sistema de transporte nos permite ser más competitivos con relación a nuestro turismo, exportación y, sobre todo, a que los productos agrícolas lleguen a tiempo a los mercados. Esto permitirá a que todo turista que visite este país pueda observar que podemos disponer de un sistema de transporte acorde al crecimiento de la imagen de la República Dominicana en playas extranjeras. Esperemos que tanto el Metro de Santo Domingo, el Teleférico y los demás proyectos de transportes del país sean parte de las políticas de gobierno a implementar en los próximos años y que deje de ser el Metro de Leonel y el Teleférico de Danilo y se convierta en el transporte público dominicano

Para dar inicio a ese cambio trascendental en el esquema de transporte nacional es imprescindible que el presidente Luis Abinader se aboque a dar cumplimiento al artículo 356 de dicha ley, la cual establece la Reforma de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) y de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET). Y que a partir de seis (6) meses de la entrada en vigencia de esta ley, la Oficina Metropolitana de Autobuses (OMSA) y la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) pasan a ser reformadas en empresas públicas o mixtas públicas-privadas prestadoras de servicios nacionales de transporte de autobuses y ferroviario, respectivamente y consecuentemente emitir los decretos para la transformación institucional, administrativa, técnica y operativa.

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