Moscú.- Hace hoy 50 años el módulo de descenso del aparato soviético Mars 2 se convirtió en el primer artefacto creado por el ser humano en alcanzar la superficie de Marte, aunque debido a un fallo de navegación terminó estrellándose en el planeta rojo.
«Desde luego, el Mars 2 fue una etapa muy importante de nuestras investigaciones marcianas, pero fue mucho más importante el lanzamiento poco después del aparato Mars 3», dijo a Efe el académico Mijaíl Márov, participante directo en el programa de investigaciones planetarias de la Unión Soviética.
El Mars 2 y Mars 3, gemelos, fueron lanzados en mayo de 1971 con solo nueve días de diferencia y estaban integrados por un orbitador y un módulo de descenso.
EL MARCIANO, UNO DE LOS PROGRAMAS PRIORITARIOS DE LA URSS
«En general en la URSS se le otorgaba gran atención al programa de investigación de Marte y el lanzamiento de estos aparatos en 1971 era, junto con el programa de Venus, una de las tareas principales de las investigaciones planetarias», destacó el científico.
Añadió que enviar aparatos al planeta rojo entrañaba entonces gran complejidad, ya que los científicos soviéticos no disponían de sus efemérides, las tablas de valores que permiten establecer las posiciones de los objetos astronómicos en el cielo en un momento o momentos determinados.
Márov indicó que Estados Unidos, gracias a sus sondas Mariner, contaba con esos «datos imprescindibles para la astronavegación: las efemérides de Marte», pero no los compartieron, ya que primaba el espíritu de la confrontación y la Guerra Fría.
LA CARRERA POR SER LOS PRIMEROS
«Los estadounidenses no querían que fuéramos los primeros», dijo el académico, que añadió que para compensar la falta de esa información los constructores e ingenieros soviéticos idearon sistemas de navegación de a bordo únicos en su género.
Explicó que dichos sistemas fueron diseñados para realizar las mediciones necesarias al acercarse a Marte y estas tenían que ser procesadas en poco tiempo por el ordenador de a bordo, que debía orientar el aparato en el tiempo necesario.
«Pero eso pareció poco. Se tomó la decisión de enviar poco antes del lanzamiento de los Mars 2 y Mars 3 un aparato de apoyo, llamado ‘M71F'», dijo Márov.
Tenía más combustible, añadió el académico, lo que le permitiría llegar más rápido a Marte y ya desde la órbita marciana precisar la posición del planeta en el espacio y esos datos serían utilizados para la navegación autónoma del Mars 2 y Mars 3.
«Pero lamentablemente este aparato no llegó a la órbita marciana, debido a un fallo en la tercera etapa del llamado bloque D», el acelerador, agregó.
El módulo de descenso del Mars 2 entró en la atmósfera marciana en un ángulo más agudo del calculado, por lo que no tuvo tiempo suficiente para cumplir todas las secuencias de las operaciones para un amartizaje suave y se estrelló.
EL MARS 3, UN AMARTIZAJE IMPECABLE
«Fue el primer envío de la Tierra a Marte, aunque lamentablemente no fue muy exitoso. Pero el Mars 3 lo hizo todo de manera impecable», dijo el académico, que se mostró orgulloso de los logros de la industria espacial soviética.
En este sentido destacó que el módulo de descenso no contaba con un ordenador, sino con un mecanismo programado, «un sistema de relés que funcionaban uno detrás de otro con una exactitud de fracciones de segundo».
Además, el académico indicó que el amartizaje exitoso del Mars 3, el 4 diciembre de 1971, una semana después del siniestro de su gemelo, se produjo en un año en el que en Marte hubo un fortísima tormenta de polvo, con fuerte vientos.
LA GUERRA FRÍA, UN ESTÍMULO DE LA CARRERA ESPACIAL
«La motivación de la Guerra Fría ayudó, por paradójico que suene, a un enorme progreso en las investigaciones científicas, y Marte no fue ninguna excepción», señaló Márov, que en tiempos soviéticos fue distinguido con el Premio Lenin y el Premio Estatal de la URSS.
Según el científico, cada vuelo exitoso a otro planeta se consideraba poco menos que una prueba de la superioridad del sistema político y socioeconómico propio.
«En todo caso yo fui testigo de cómo se tomaba esto en el Gobierno soviético. Las investigaciones espaciales se financiaban generosamente», dijo Márov, que se declara decepcionado y apenado por la situación en que quedó el sector espacial del país tras la desaparición de la URSS.