Quieren los diputados conocer todo lo concerniente al proyecto de Ley de Fideicomiso Público, presentada por el Poder Ejecutivo, y lo hacen muy bien para evitar el escándalo y los arrepentimientos que provocara el proyecto aprobado para las centrales eléctricas de Punta Catalina. Realizaron un seminario con especialistas de los organismos internacionales, con el propósito de producir una ley justa, apegada al derecho, que garantice los mejores intereses del país, en estas operaciones financieras, donde están en cuestión bienes públicos.
Sale a flote la desmesura de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) y los grupos hegemónicos de poder que ella representa, objetando la participación, como regulador oficial, de la Superintendencia de Bancos, pues es una gran molestia para esos grupos de poder la inspección y la supervisión de las operaciones financieras, dado que, esos grupos desean un marco de secretismo y opacidad en sus operaciones financieras, tal cual se les permitiría en el proyecto de Punta Catalina.
Es entendible la preocupación de Finjus, pues, la repetición de otro órgano en el Congreso, aprobado sin que los diputados lo leyeran, antes de levantar la mano, sin haber leído el texto, es lo que le convino a Finjus y sus representados, toda vez que la fiduciaria quedaba a merced de la discrecionalidad de un comité técnico integrado por sus jefes del Consejo Nacional de la Empresa Privada y de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, a la madriguera de los grupos de poder, que tienen el control oligopólico del Sistema Eléctrico y de los representantes gubernamentales y privados que integran el Comité Técnico de marras.
Quiere cuidar su gobierno el presidente Abinader con esta inteligente corrección política y democrática, venida del escándalo que le generó el caso con Punta Catalina, pues siempre hay tiempo, en la política, para hacer lo correcto, pero Finjus, desconoce de corrección, solo conoce la tapadera de legal que permite a sus representados obtener grandes ganancias, a partir del aprovechamiento de las grietas que le dejan leyes, como: la Ley Eléctrica, la Ley de Seguridad Social, la Ley Monetaria y Financiera, la Ley de Hidrocarburos y Combustibles Fósiles, la Ley de Capitalización de las Empresas Públicas, la Ley de Telecomunicaciones, que permitió el monopolio de una empresa, que detenta el control de este activo estratégico del Estado, sin que Finjus nunca haya dicho nada sobre esto.
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