Cientos de marroquíes hacen estos días largas colas en diferentes ciudades para donar sangre para las víctimas del terremoto, en una acción sin precedentes en el país magrebí que ha contabilizado 13.000 donaciones en dos días, frente a las mil que se suelen registrar al día.
«Nunca habíamos visto esta movilización en nuestro país, la gente espera hasta dos horas en las filas para donar. Eso demuestra una cosa: el espíritu de solidaridad entre marroquíes», dijo a EFE el jefe de gabinete del ministro de Sanidad, Hicham Rahil.
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Según Rahil, desde el seísmo, en dos días se han presentado 17.000 personas para donar en diferentes localidades del país, y se han aceptado 13.000 de esas donaciones.
Lo habitual, indicó, es que cada día se recojan 1.000 donaciones como máximo, en un país donde suele escasear la sangre para transfundir.
La directora del Centro de Transfusión de Sangre de Casablanca, Amal Drid, hizo el sábado un llamamiento a través de los medios locales para que los ciudadanos donaran sangre «de forma urgente» para ayudar a las víctimas.
«Para solucionar la escasez de sangre, necesitamos 400 donantes diarios en Casablanca y 1.000 a nivel nacional», dijo. Una petición que se ha visto sobradamente rebasada.