Mónaco.- La vasta obra del escultor Alberto Giacometti se exhibe desde este sábado en el Grimaldi Forum de Mónaco a través de una gran retrospectiva con 230 obras entre las que hay desde acuarelas de su juventud hasta sus creaciones icónicas, como el «Hombre que camina».
«Giacometti es un artista que creemos conocer, pero no lo conocemos tan bien, especialmente cuando tenemos la oportunidad de ver todo su trabajo de principio a fin», explica a EFE la comisaria de la exposición, Emilie Bouvard.
Esta retrospectiva, en colaboración con la Fundación Giacometti, propone «obras icónicas», como «Mujer cuchara»(1927) o «Mujer con carro»(1945), pero también «obras raras y menos conocidas», como sus pinturas, dibujos y grabados.
La muestra, que estará abierta al público hasta finales de agosto, se divide en catorce espacios en los que se aprecia la evolución del artista suizo desde un estilo cubista y abstracto hasta otro surrealista, en el que las cabezas son las protagonistas.
En el trabajo del escultor se pueden apreciar referencias a las grandes contiendas del siglo XX, como sucede en la figura de yeso «El objeto invisible» (1934-1935), inspirada en una máscara de gas de la Primera Guerra Mundial para dar forma a su cara.
Este rasgo también se observa en su famoso «Hombre que camina» (1960), colofón de esta exposición. Representa «al hombre que se recupera de la Segunda Guerra Mundial (…) una figura de resistencia que remite al hombre que construye su vida caminando», cuenta Bouvard.
Los 2.500 metros cuadrados del recinto en el Gimaldi Forum tienen un papel fundamental en esta retrospectiva, ya que «todo el trabajo escultórico de Giacometti se realiza en torno al espacio, así como con la distancia que hay entre el espectador y la escultura», agrega.
UN TALLER DE 24 METROS CUADRADOS
Una de las peculiaridades de esta exposición es la recreación del pequeño taller de Giacometti, de 24 metros cuadrados, ubicado en el número 44 de la calle Hippolyte-Maindron de París, y que -según Bouvard- «permite al espectador entender realmente lo que sucedió allí».
«Se nos ocurrió esta interesante idea de crear un espacio inmersivo porque creemos que es una forma aún más íntima de abordar la creación de Giacometti», señala la comisaria y directiva científica y de colecciones de la Fundación Giacometti.
Se trata de un conjunto de imágenes que se proyectan en las paredes, acompañadas de un sonido de fondo que evoca anécdotas, testimonios y diálogos entre Giacometti y el filósofo japonés Isaku Yanaihara, uno de los modelos más relevantes del autor.
La exposición hace mención, además, a la influencia de la naturaleza en la obra de Giacometti.
Nacido en la Suiza de habla italiana, sus primeras impresiones de niño fueron las montañas de los Alpes, algo que evidencian sus acuarelas de la adolescencia y las fotografías que lo muestran en excursiones con su familia.
Ese aspecto se traslada a la serie de bustos de roca de superficie rugosa que modela el artista a partir de los años 1950.
Mario García Sánchez