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No se trata de errores aislados. EDEESTE arrastra casos de usuarios que firmaron contratos y aseguran que jamás recibieron el servicio. Aun así, mes tras mes, siguen recibiendo facturas como si tuvieran electricidad.
En 2021, Gricel de los Santos firmó un contrato y pagó lo requerido para esperar la instalación del cable de acometida. Esa conexión nunca llegó. Lo que sí llegaron fueron las facturas: la primera de casi RD$9,000 y luego otras que iban de RD$2,500 a RD$1,900… montos calculados por “promedio” de un consumo inexistente. Ese método de cobro indefinido por promedio está prohibido en varios artículos de la Ley General de Electricidad.
A pesar de estar enferma y pasar meses postrada en cama, las facturas siguieron acumulándose. Cuando finalmente pudo ir a reclamar, supervisores de PROTECOM y empleados de EDEESTE confirmaron lo obvio: nunca hubo conexión. Le retiraron las primeras facturas, pero el sistema continuó generando nuevas. “Como es una conexión directa, todos los meses le llegará una factura”, le dijeron. Hoy su deuda supera los RD$94,000, a pesar de haberse mudado hace más de tres años.
El caso de Diomeilin Ferrera es similar. También firmó contrato, pero nunca se le instaló el contador. Aun así, las facturas llegaban con la nota de “conexión directa”. Cuando intentó cancelar el contrato o pedir la instalación, le exigieron pagar lo acumulado. En ese momento ya debía alrededor de RD$7,000.
Ferrera y su familia se mudaron del lugar hace más de un año. Eso no detuvo al sistema: las facturas siguen llegando y su deuda ya asciende a más de RD$30,000.
Dos historias que comparten un mismo patrón: contratos incumplidos, facturas ilegales y un sistema que, en lugar de corregir, insiste en cobrar por un servicio que nunca existió.
