Santo Domingo, RD. - A ocho meses de la tragedia en la discoteca Jet Set, que cobró 236 vidas y dejó al menos 180 heridos, los sobrevivientes Ana María Ramírez y Julio Montilla compartieron sus desgarradores testimonios en el programa Politikal, describiendo la noche del colapso y su frustración ante la falta de justicia. Ambos coincidieron en que la tragedia no solo cambió la historia del país, sino que los obligó a iniciar una nueva vida marcada por traumas físicos y emocionales.
Ambos sobrevivientes están llevando a cabo demandas civiles, pues consideran que la justicia ha actuado de manera "muy suave" con los responsables,. Julio Montilla manifestó que el manejo del caso ha sido una "inteligencia de parte de las autoridades" para "tapar la falta de alguien que pertenece a una sociedad [o] nivel social más alto".
Ana María Ramírez había asistido al Jet Set con dos amigas para celebrar un cumpleaños, considerando el lugar como un sitio "muy seguro". El ambiente era festivo, con la música de Ruby Pérez sonando, pero la situación cambió drásticamente cuando cayó un segundo pedazo del techo.
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"Yo me voy y me paro como para salir," relató Ana María, pero la estructura colapsó antes de que pudiera alcanzar la salida. Quedó totalmente aplastada, con sus piernas bajo un enorme trozo de escombro. Al caer de cara, rompió una mesa de cristal, lo que le causó una parálisis facial que la dejó con un ojo que no podía cerrar. Además de las lesiones en sus piernas, sus riñones sufrieron gravemente, obligándola a recibir cuatro sesiones de diálisis y cerca de cinco transfusiones de sangre mientras estuvo en la clínica.
Julio Montilla, quien también asistía por un cumpleaños familiar, fue aplastado por un trozo de escombro "bastante grande de la cintura hacia abajo". A diferencia de otros, nunca perdió el conocimiento, un factor que él cree que pudo haber facilitado su rescate. Dos pedazos de escombros formaron una especie de "casa" sobre su cuerpo, protegiéndolo de la cintura hacia arriba.

Julio relató que duró un mes interno en la Plaza de la Salud, pasando 25 días en Cuidados Intensivos, y requirió 21 días de diálisis debido a que sus riñones dejaron de funcionar. Su estado fue tan grave que, debido a la acumulación de líquido por el fallo renal, tuvo un principio de edema pulmonar y necesitó un asistente respiratorio (oxígeno) durante las primeras dos semanas.
Curiosamente, Ana y Julio se conocieron a raíz del incidente, coincidiendo en la UCI y manteniendo contacto con otra joven que quedó atrapada debajo de Julio. Ana recuerda haber escuchado todo el proceso de rescate de Julio, que fue difícil de sacar, y en su desesperación llegó a pensar: "Que dejen a Julio ahí que vengan y me saquen a mí".






