martes, abril 23, 2024

Onguito sapiens, la evolución del artitaje

Qué Darwin de qué… La verdadera evolución y revolución de la humanidad no está en la bitácora en Galápagos ni en los rincones africanos. La realidad es que la puedes encontrar en una nueva especie llamada Onguito sapiens, entre los congos de Los Frailes y los archipiélagos de La Isabelita. Con anatomía flácida y tatuajes empíricos en su piel, es un animal omnívoro, pero tiene predilección por la yerba y los polvos sintéticos de Orinoco; prefiere ecosistemas nocturnos donde confluyen otras especies femeninas y suele correr a mil por hora con accidentes recurrentes.

Aunque solo tiene 19 años en nuestro mundo, sus antecesores marcaron la ruta genética para su estirpe. Viene de una familia inestable donde, ante la ausencia de una figura paterna, adoptó a su jefe como papá y así lo promueve. Onguito sapiens es de la subespecie wawawa originaria de La Alcaldía, antropológicamente emergida hace muchos años en el bajo mundo.

Este super hombre viola las leyes sigilosamente con evidente impunidad, sobre todo por la gran velocidad que saca para burlar el crimen. Traga yerba y nada, se va sin pagar los servicios y nada, cópula con especies más jóvenes y nada, viola contratos y nada, insulta a sus semejantes y nada. Super Onguito parece no tener miedo, ni siquiera a dejar a su hijo sin padre.

Y por encima de todo lo que hace y jode, Onguito sapiens es artista de dembow. Este cabrito pulula entre polémicas y chismes para pegar temas como Pellicazte, No tengo fuerza y Uju aja. Herbívoro al fin, su pasto no puede faltar a la hora de componer, como tampoco el trago de lo que sea y las pastillas, por si faltan musas. Su mejor talento es ser arlequín y parece enorgullecerse si se trata de su patrón.

Para conquistar a sus presas esta nueva especie no hace gesto alarde de su fuerza, plumaje o velocidad, basta con subir a tarima con el agua del líder y eso abre las piernas de su manada. Vive en una movie constante y la vende, aunque le han dado sus golopones por estafas menores y las que faltan. Su pene ha estado en más vaginas que meses vividos, según su larga lengua. Enamorarse no está en sus planes, la evolución implica jugar con fluidos sin apecharse ni frenar con gente.

En el caso que lleva su jefe también fue citado, pero como es el mejor de todos los guaremates, sabe cómo estar en el lodo sin ensuciarse (inserte ironía). Lo viene haciendo desde hace años como encargado de prender la leña. Pese a que ya cumplió la mayoría de edad, lo siguen viendo y tratando como infante, ayudado por un comportamiento exageradamente inmaduro e irresponsable, coñazo.

Pero seamos honestos, ningún homínido promete tanto como Onguito para «mejorar» la especie. Come dos veces al día si se acuerda, fuma durmiendo, solo canta si está en nota y no repite depósitos de sus mejorados espermas. El poco espacio que ocupa su materia garantiza que salga ileso de los accidentes (hasta un día) y su popularidad tóxica da los views necesarios para tocar partys semanales.

Esta evolución humana es la mejor, la mejor para exterminarnos de una vez y por todas por apoyadores de la mierda bípeda que representa el baby wa. Todos nacemos para un fin mayor, pero coño…

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