El partido de la primera liga de Indonesia que este sábado enfrentó al club del fútbol Arema FC con el Persebaya Surabaya, que venció por 2 a 3, desembocó en fuertes disturbios que dejaron más de un centenar de víctimas mortales y un número similar de heridos.
Los hechos ocurrieron en el estadio de Kanjuruhan, en la regencia de Malang (provincia de Java Oriental).
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La situación se desbordó cuando el árbitro pitó el final y miles de hinchas del Arema FC irrumpieron en el campo. Los aficionados lanzaban bengalas y otros objetos, por lo que los agentes de Policía tuvieron que recurrir al gas lacrimógeno, precisa la agencia local Antara Jatim.
Aunque la Policía de Malang no se ha pronunciado hasta el momento sobre el número de víctimas, la cadena local tvOne cifró en más de 120 el número de decesos, incluidos agentes de Policía y niños.
«Murieron más de 120 personas, murieron por el caos, a causa de empujones, pisoteos y asfixia», detalló Wiyanto Wijoyo, jefe de la Oficina de Salud del Distrito de Malang. A falta de una confirmación oficial, el número de heridos podría superar el centenar.
Las grabaciones que circulan en redes muestran a varias personas, entre ellas al menos un niño, que yacen en el suelo, aparentemente inconscientes.
Además de los daños materiales registrados en las instalaciones del estadio, un coche policial fue incendiado, mientras que otro quedó fuertemente dañado con cristales rotos y volcado de lado.
La Asociación de Fútbol de Indonesia, que no ha precisado el número de víctimas, ha pedido disculpas a las familias de los afectados y ha abierto una investigación al respecto. De momento, han prohibido al Arema FC acoger el resto de partidos del campeonato. Otros partidos de la Liga han sido suspendidos en el plazo de una semana.