No tengo explicación, si la ONU, UNESCO, OEA entre otras son la Guía para garantizar la libertad de expresión en América y el mundo, frente a la desinformación deliberada en contextos electorales publicada por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH.
Resulta importante que los medios de comunicación y periodistas recuerdan el rol que les toca cumplir en una sociedad democrática de canalizadores privilegiados del debate público, lo cual marca el camino a prácticas necesarias para el buen ejercicio del periodismo como la contrastación de fuentes, la investigación, la independencia editorial y la objetividad.
En un ecosistema mediático en el que se institucionaliza la mentira con sobreinformación y una gran abundancia de fuentes, se hace necesario comprobar la veracidad de las noticias, dijo el padre de la ética de América Latina, Dr. Javier Darío Restrepo.
Y aquí radica una oportunidad para el periodismo son tiempos del periodismo es la hora de la inclusión, la imparcialidad y la veracidad, ante el regreso de las prácticas autoritarias más añejas y deplorables, la democracia sólo puede persistir a través del ejercicio libre y valiente de periodistas ético, serio, honesto e independientes capaces de desmontar las mentiras persistentes que producen los funcionarios, gobernantes, tiranos y los autócratas.
Por lo que vivimos tiempos difíciles, sin colores más aun así vamos lentamente saliendo de la pandemia del coronavirus y sus variantes, en medio de tiempos de guerra y acciones hostiles y violentas. Hay periodistas en el mundo que dicen la verdad y debemos unirnos a ellos, juntos hacer la diferencia en estos tiempos de pandemia, injusticia y de guerra.
Con esta situación mundial, nos encontramos en una incertidumbre económica y las consecuencias funestas por un conflicto bélico se suman a la erosión del Estado de derecho y el debilitamiento institucional, es hora ya de que la prensa seria e independiente juegue su papel de orientación y salvación a la humanidad.
La zozobra por el futuro acompaña al planeta en una era llena de mentiras y desinformación por lo que ante este escenario lleno de trampas y de amenazas, contar con un periodismo valiente y profesional es crucial para poder disponer de información genuina y verificable que nos ayude a desentrañar las interrogantes y prevenir los peligros que acechan a nuestras democracias.
La información tiene una función de verificación democrática, al garantizar que quienes han sido elegidos para gobernar y hacer las leyes, mantienen su compromiso, cumplan con sus promesas y rindan cuentas a quienes los votaron.
Ahora más que nunca, es necesario empoderar a los ciudadanos y facilitarles la adquisición de las competencias mediáticas necesarias para acceder, comprender, analizar, evaluar y producir contenido y para distinguir entre noticias reales y falsas. Ya lo han dicho nuestros maestros en el Congreso Hispanoamericano de Prensa y Congreso Mundial de Prensa, los doctores Ignacio Ramonet y Javier Darío Restrepo.
En ese sentido, los medios de comunicación juegan un papel estratégico en las democracias y de allí la importancia de la calidad de la información misma que debe ser relevante, veraz, ética, fáctica y sustentada es directamente proporcional a la calidad de la democracia.
El periodismo autónomo, independiente y objetivo asegura que el público cuente con información equilibrada, con un enfoque que permita a los ciudadanos reflexionar y les permita sumarse al debate público de manera seria, honesta y objetiva.
La propaganda, disfrazada de periodismo, da pauta a la desconfianza y es el caldo de cultivo perfecto para ocultar la verdad y defender los privilegios, dijo el científico de la comunicación en el mundo el Dr. Ignacio Ramonet.
La apuesta real por la alfabetización mediática, con un sentido cívico que refuerce la democracia construyendo una ciudadanía informada que pueda decidir libremente igualmente ser crítico, decía el padre de la ética de América Latina, el Dr. Javier Darío Restrepo.
Por lo que es responsabilidad de todos luchar contra la creciente tolerancia al engaño y la mentira, no existen sistemas democráticos sin medios de comunicación libres e independientes, y no existen medios libres en las dictaduras.
Términos con estas interrogantes: ¿Que pasará mañana si triunfa la mentira?, ¿De que servirá decir soy periodista?, ¿Las escuelas de periodismo para qué sirven?…
«Los periodistas servimos para ayudar a los ciudadanos a serlo. A ser libres y capaces de gobernarse a sí mismos.» Joaquín Estefanía.