miércoles, abril 24, 2024

Un Putin Presumido

Mueren civiles y militares en una ocupación militar, la cual busca derrocar a un gobierno legítimamente constituido en Ucrania. Es el cuadro dantesco que observa el mundo, cuando la barbarie se viste de acción geopolítica, con fin de acomodar los intereses de un país grande, capaz de vetar una votación mayoritaria del consejo de seguridad de las Naciones Unidas. Responden tratando de cortar el oro de Rusia, ese oro que lo compra todo, pero aquí se imponen los misiles, los tanques y los bombarderos que se lo cogen todo.
Fracasa el mito de la Comunidad Internacional, sucumben ante el tirano, el bloque de la Unión Europea, balbucean los Estados Unidos, pues todos tienen miles de razones legales y diplomáticas para su inmovilidad, y ninguna razón para mover un dedo en favor de Ucrania. Unos dicen que esta nación está fuera de la Organización del Atlántico Norte, que no es parte de la Unión Europea, y los Estados Unidos dice que solo apoya a las naciones del pacto del Atlántico Norte.
Dejan sola a Ucrania para que se trague el monstruo, frente a sus narices, pues está fuera de los bloques políticos y comerciales europeos, es una democracia de segunda, con ciudadanos de segunda, pues con hijos de una concubina, a quienes el padre putativo le niega el apellido, y la castiga por reclamar su derecho a estar inscrita, con plenitud de derechos en el libro de la Unión Europea, de las Naciones Unidas, de la OCDE y de las demás facciones de dominio en esta novela diplomática y geopolítica mundial.
Estremece a todos este ataque militar, este genocidio contra una nación indefensa, donde Rusia y China buscan redefinir el orden mundial y destruir la convivencia pacífica del planeta, a costa de desmedrar y presentar la democracia basada en las fuerzas de las armas y el poder del dinero, que lo compra todo. Dos democracias vitalicias que depredan la dignidad de sus ciudadanos y humillan a todas las naciones con las cuales se relacionan.
Sirven poco los llamados a dialogar, pues conversan con un país militarmente ocupado, ningún verbo lo define, porque aquí solo se puede conversar o discutir la rendición de Ucrania. Cuando se dialoga se oye la opinión del otro y se pacta la propuesta evidentemente más justa, para quienes dialogan y para quienes acompañan el dialogo.
Rusia renunció al dialogo en el mismo momento que decidió atacar, queda clara la hipocresía de la diplomacia y de la comunidad internacional.

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