De las tres distribuidoras estatales, Edeeste es la que más cambios ha tenido en los últimos años. Desde 2020 han pasado por su dirección Tomás Tapia Ozuna, Andrés Astacio, Andrés Portes, Manuel Mejía Naut y, desde octubre de 2024, el chileno Mario Esteban Pizarro. Una rotación constante que refleja la inestabilidad de la empresa responsable de llevar electricidad a Santo Domingo Este, Norte y las provincias del Este.
En medio de esa inestabilidad surgió una denuncia que levantó ruido. El presidente del CUED, Celso Marranzini, señaló que el exadministrador Manuel Mejía Naut habría manipulado facturas de más de 42 mil clientes.
Según Marranzini, se trataba de un truco para inflar consumos, hacer pagar de más a los usuarios y mostrar como si la distribuidora estuviera cobrando mejor. Una práctica que, era un maquillaje contable a costa del bolsillo de la gente.
Y cuando todavía no se apagan los ecos de esa denuncia, Edeeste vuelve a estar en el ojo del huracán. En plena crisis de apagones, la empresa comprometió más de RD$105 millones en contratos con 15 firmas de abogados externas. Nueve de ellas por dos años y seis por un año, con igualas mensuales que van de RD$150 mil a RD$200 mil, más gastos adicionales y hasta bonos por éxito, para manejar más de 270 expedientes judiciales y administrativos.
Según explicó el experto en temas eléctricos Bernardo Castellanos, la propia institución reconoce que esas demandas provienen de la operación diaria: conflictos laborales, fraudes eléctricos y reclamos de ciudadanos que denuncian daños y perjuicios por el mal servicio. “El mismo servicio deficiente que ofrecen es lo que termina generando procesos legales importantes que comprometen sus fondos”, señaló Castellanos.
Lo contradictorio es que Edeeste ya cuenta con un departamento legal interno de 15 abogados en nómina. Entre ellos, una directora legal con salario de RD$300 mil, dos gerentes de área con RD$175 mil cada uno, además de especialistas y litigantes en fraude eléctrico, contratos y regulación. Mantener ese equipo le cuesta a la empresa más de RD$20 millones al año. Aun así, los informes internos insisten en que “no hay suficiente personal” para manejar la carga de casos.
Entre cambios constantes en su dirección, denuncias de facturas alteradas y contratos millonarios en asesoría legal, Edeeste se ha convertido en el rostro más inestable del sector eléctrico dominicano.




