El 7 de octubre es el Día Mundial de los Calvos, una fecha para celebrar una opción estética que ha ido evolucionando con el paso de los años, y que sobre todo afecta a los hombres.
Hoy en día ser calvo no es sinónimo de fealdad ni de falta de salud, sino que, en muchas partes del mundo, puede incluso ser un emblema de masculinidad.
La calvicie masculina puede tener varias causas. Puedes sufrir una caída temporal del cabello, por ejemplo, por la escasez de ciertos nutrientes y también puede ser que sufras de alopecia areata, una enfermedad capilar que provoca calvas.
Pero la causa más común de la calvicie masculina es la calvicie hereditaria. Los genes «dictan» cuándo comienza la caída del cabello. Estos genes suelen heredarse de la parte de la familia de la madre.
La mejor manera de predecir tu futuro es mirar el pelo de tu abuelo materno. Por supuesto, esto no es una garantía y puedes acabar con más -o menos- pelo que él.
La hormona dihidrotestosterona es la principal culpable. Los folículos pilosos son naturalmente sensibles a esta hormona masculina y acabarán desapareciendo.
