Redacción Internacional-. El ex primer ministro japonés Shizo Abe, que hoy murió por los disparos recibidos cuando participaba en un acto electoral en la ciudad de Nara, se une a la lista de dirigentes políticos asesinados en los últimos 50 años en el mundo cuando ya no ejercían responsabilidades de gobierno.
Uno de ellos fue Aldo Moro, quien presidió el Gobierno italiano en dos periodos, 1963-1968 y 1974-1976. El 16 de marzo de 1978 Moro fue secuestrado por las Brigadas Rojas y, tras 55 días de cautiverio, los terroristas anunciaron su asesinato el 9 de mayo. El cadáver fue hallado en el maletero de un coche aparcado en el centro de Roma.
El 17 septiembre de 1980 fue asesinado Anastasio Somoza Debayle, que presidió Nicaragua entre 1967 y 1979, cuando su dictadura fue depuesta por la revolución sandinista. El expresidente, que se había exiliado en Paraguay, fue tiroteado por un comando guerrillero argentino en Asunción. Somoza Debayle era hijo del dictador Anastasio Somoza García, asesinado en 1956 cuando presidía el país.
El 22 de enero de 1982 murió Eduardo Frei Montalva, líder democristiano que gobernó Chile entre 1964 y 1970, aparentemente por una complicación en una operación quirúrgica a la que había sido sometido poco antes, en momentos en que se revelaba como uno de los principales opositores a la dictadura de Augusto Pinochet.
La sombra de un posible asesinato siempre ha planeado sobre el caso, y en junio de 2019 la justicia condenó a seis personas como autores o cómplices del crimen. Sin embargo, en enero de 2021 la Corte chilena revocó la sentencia y les exculpó.
El 25 de mayo de 1991 murió Rajiv Gandhi, ex primer ministro de la India (1984-1989) en un atentado de los Tigres de Liberación de la Patria Tamil en Sriperumpudur, cuando iba a presidir un mitin electoral.
El 27 de diciembre de 2007 fue asesinada Benazir Bhutto, que había sido primera ministra de Pakistán en dos ocasiones, 1988-1990 y 1993-1996. Bhutto, que había regresado al país dos meses antes tras ocho años y medio de exilio, fue tiroteada poco después de pronunciar un discurso en la ciudad de Rawalpindi, cuando participaba en la campaña electoral para las legislativas de enero siguiente. Tras los disparos, el atacante hizo estallar la carga explosiva que llevaba consigo y causó la muerte a otras 28 personas.
El 14 de febrero de 2005 un coche bomba acabó en Beirut con la vida de Rafiq Hariri, que había sido primer ministro libanés en dos ocasiones, entre 1992 y 1998, y entre 2000 y 2004. Se atribuyó al grupo Hizbulá.
El 13 de febrero de 2004 murió en un hospital en Doha (Catar) el ex presidente checheno Salim Khan Yandarbiyev por las heridas sufridas tras la explosión de un coche bomba en la capital catarí. En el atentado también perdieron la vida dos de sus guardaespaldas. Dos espías rusos fueron condenados por el acto.
El 20 de septiembre de 2011 el ex presidente de Afganistán y jefe del Consejo de Paz, Burhanudin Rabbani, murió junto a otras cinco personas en un atentado suicida en su domicilio en Kabul. Rabbani había presidido el país entre 1993 y 1996, cuando su Gobierno fue derrocado por los talibanes liderados por el mulá Omar.
Otro dirigente afgano, Abdul Saboor Farid Kuhestani, primer ministro del país durante apenas un mes en el verano de 1992, murió tiroteado cuando salía de su domicilio en Kabul el 2 de mayo de 2007.
El 4 de diciembre de 2017, el expresidente de Yemen Ali Abdalá Saleh murió a manos de rebeldes hutíes, que después volaron su casa en Saná. Saleh había gobernado Yemen desde 1990 a 2012, cuando perdió el poder tras las protestas de la Primavera Árabe.