viernes, octubre 4, 2024

Incontinencia urinaria y disfunción eréctil, las consecuencias de extraer la próstata

La próstata es una glándula ubicada justo por debajo de la vejiga, presente únicamente en los varones. Posee el tamaño aproximado de una nuez y tiene, junto a los testículos y las vesículas seminales, la función de producir el líquido seminal.

La uretra, el conducto que conecta la vejiga con el exterior a través del pene y permite evacuar la orina, atraviesa esta glándula por el centro de la misma, razón por la que cualquier alteración de la próstata se suele manifestar con síntomas urinarios.

¿Cuáles son las consecuencias de extirpar la próstata?

La extirpación de la próstata se denomina prostatectomía radical y generalmente se lleva a cabo tras el diagnóstico de un tumor de próstata.

El desarrollo de los últimas técnicas quirúrgicas, principalmente la utilización de la cirugía robótica, ha minimizado y reducido enormemente la aparición de efectos secundarios tras esta cirugía, incluso logrando que no aparezcan en la mayoría de los casos.

Aun así, en determinados casos de tumores agresivos o la utilización de otras técnicas para el tratamiento de estos tumores, se pueden desarrollar ciertos efectos adversos tras la cirugía.

Los principales efectos secundarios de esta cirugía radical son: la incontinencia urinaria (pérdidas de orina, principalmente con algún esfuerzo) y la disfunción eréctil (dificultad para lograr y mantener erecciones).

Estos efectos se deben a que, con la intención de eliminar completamente el tumor durante la cirugía, en ocasiones hay que extraer zonas por las que discurren parte de los nervios encargados de controlar estas funciones.

Incontinencia urinaria: se define como la presencia de fuga o goteo de orina. Hay diferentes niveles de incontinencia. Lo que hay que tener en cuenta es que este efecto no solo condiciona al paciente físicamente, sino que habitualmente también emocional y socialmente. Los siguientes son los tres tipos principales de incontinencia:

Los hombres con incontinencia urinaria de esfuerzo pueden perder orina cuando tosen, se ríen, estornudan o hacen algún ejercicio. La incontinencia de esfuerzo es la incontinencia más común después de la cirugía de la próstata. Los diferentes tratamientos del cáncer de próstata pueden dañar los músculos que forman el esfínter (válvula que controla el paso de orina) o los nervios que hacen que funcionen los músculos que lo activan. Es un tipo de incontinencia que puede aparecer en los primeros días o semanas tras la cirugía pero que suele desaparecer con el tiempo. En algunos casos precisa de ejercicios de rehabilitación para acelerar la desaparición de la misma

Los hombres que padecen incontinencia por rebosamiento presentan dificultad para vaciar la vejiga. Estos hombres necesitan realizar un esfuerzo intenso para comenzar a orinar, tardan mucho en acabar y tienen un flujo goteante con poca fuerza.

Por lo general, se debe a un bloqueo o el estrechamiento de la salida de la vejiga debido a una cicatrización excesiva. Es muy infrecuente, y precisa de una pequeña dilatación del conducto para su resolución.

Los hombres que padecen incontinencia de urgencia tienen una necesidad repentina de orinar. Este problema ocurre cuando la vejiga se vuelve demasiado sensible o activa durante el llenado de la misma. Puede aparecer en los primeros días tras la cirugía por la inflamación resultante, pero suele desaparecer tras unas semanas, cuando los tejidos vuelven a la normalidad.

En general, hoy en día, y tras una cirugía robótica de cáncer de próstata, existe un control normal de la continencia de orina a las pocos días o dentro de las primeras semanas de la cirugía. Es infrecuente una resolución más tardía del problema o que se requieran actuaciones posteriores para su solución.

Disfunción eréctil: se define como la impotencia o dificultad para lograr una erección suficiente para mantener una relación sexual. Las erecciones son controladas por dos pequeños grupos de nervios que se encuentran a ambos lados de la próstata.

En el caso de tumores de próstata pequeños, muy localizados y alejados de dichas zonas, y si previamente a la cirugía usted presentaba unas erecciones normales, el cirujano tratará de conservar estos nervios durante la prostatectomía radical.

Esto se conoce como preservación de bandeletas. Sin embargo, en caso de tumores que sean agresivos, de mayor tamaño o más cercanos a los mismos, el cirujano se verá obligado a resecarlos con la intención de limpiar de tumor completamente la zona.

En las primeras semanas tras una cirugía de próstata para extirpar un tumor en la misma, lo normal que es que se desarrolle algún grado de impotencia, que en muchas ocasiones se va recuperando gradualmente sin ayuda, y en otras ocasiones precisa de un tratamiento farmacológico para su recuperación.

De uno u otro modo, la mayoría de los pacientes sometidos a prostatectomía radical, transcurridos unos meses tras la cirugía, pueden mantener relaciones sexuales satisfactorias.

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