Las lluvias torrenciales que azotan la costa turca del mar Negro desde el martes han causado al menos 27 muertos, según el último balance ofrecido este viernes por AFAD, la agencia para desastres y emergencias de Turquía. La mayoría de las víctimas, 25, procede de la región de Kastamonu, la más afectada por las inundaciones, y dos más, de Sinop. Los equipos de rescate siguen trabajando para encontrar a una mujer desaparecida en la provincia de Bartin.
Más de 1.700 personas han tenido que abandonar sus casas, ya que las inundaciones, las crecidas de ríos y los corrimientos de tierra a orillas del mar Negro han llegado a derrumbar edificios de hasta ocho plantas. Los daños a la infraestructura han dejado a alrededor de 330 aldeas sin electricidad. Cinco puentes han colapsado y numerosas carreteras han sido cortadas.
Las inundaciones suceden una ola de incendios que ha arrasado el suroeste del país durante dos semanas, causando la muerte de ocho personas. El ministro de Agricultura y Bosques, Bekir Pakdemirli, ha asegurado este viernes que los fuegos se encuentran bajo control y ha anunciado la suspensión de las actividades de caza en las zonas afectadas de las provincias de Antalya y Mugla durante dos años.
Hace apenas un mes, la costa del mar Negro se vio golpeada por fuertes lluvias que dejaron seis muertos en la provincia de Rize y, dos semanas después, volvió a llover con fuerza en la misma provincia y en la vecina de Artvin. Más de 200 personas fueron evacuadas, aunque solo hubo dos heridos de consideración.