Las Naciones Unidas y Haití solicitaron a la comunidad internacional 145,6 millones de dólares para ayudar a combatir un nuevo brote de cólera que ya ha matado a 161 personas en seis semanas en ese país.
Es el primer brote de esa enfermedad diarreica mortal en tres años, desde que la isla caribeña erradicó una epidemia de cólera que comenzó en 2010 y mató a más de 10.000 personas durante los siguientes ocho años.
El Ministerio de Salud de Haití informó el lunes de 8.708 casos sospechosos, con 7.623 personas hospitalizadas, cuando la enfermedad se ha extendido a siete de los 10 departamentos del país.
Por su parte, la ONU emitió un comunicado pidiendo «145,6 millones de dólares para apoyar al país en su respuesta de emergencia contra la nueva ola de cólera y llevar la ayuda necesaria a 1,4 millones de personas que viven en las zonas más vulnerables».
«El cólera es una enfermedad evitable y tratable, y las instituciones nacionales, utilizando su experiencia y conocimiento, rápidamente establecieron una respuesta eficaz, en estrecha cooperación con la comunidad humanitaria local e internacional», destacó la coordinadora humanitaria de las Naciones Unidas en Haití, Ulrika Richardson.
Según su cuenta de Twitter, el primer ministro Ariel Henry también participó en el llamado para financiar la respuesta de emergencia al cólera.
El comunicado de la ONU puntualizó que 500.000 personas están en riesgo de contraer la enfermedad.
Además, 4,7 millones de personas -casi la mitad de la población- se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria, «poniendo a más de 19.200 personas en una situación de desastre, por primera vez en la historia de Haití».
El país también está sumido en una fuerte inestabilidad provocada por bandas armadas que aterrorizan a la población.
La semana pasada, la policía logró expulsar a grupos armados que habían ocupado la principal terminal de importación de petróleo del país durante dos meses.
Ese dominio criminal absoluto provocó una grave escasez de combustible e impidió el suministro de agua potable, que es clave para combatir el brote de cólera.