América vivió este 2022 una de sus peores crisis migratorias, con un aumento de viajeros irregulares desde el Sur hacia el Norte atravesando el continente para llegar a Estados Unido, principalmente, y Canadá, en busca de mejores condiciones de vida.
El flujo migratorio estuvo liderado por el éxodo venezolano, seguido de Haití, Cuba y Ecuador, que una vez cruzan el punto más mortífero del continente, Darién – la selva que separa Colombia y Panamá-, se unen con nacionales de Honduras, Guatemala, Nicaragua y México en su camino hacia el norte, explica IFRC.
Los principales motivos de la migración son la búsqueda de una mejoría económica, escapar de la violencia o la inestabilidad política, reunirse con sus familiares y recuperarse del impacto de los desastres recurrentes y fenómenos meteorológicos extremos – como Eta e Iota o el terremoto de Haití-, según IFRC.
Rodríguez explicó que los migrantes se enfrentan a «desafíos importantes» en los procesos «de inclusión, integración y reintegración en los países de acogida y de retorno».
«Sin embargo, nuestra experiencia y alcance local nos dice que el trabajo no ha terminado y que aún tenemos un desafío titánico por delante», alertó.
AYUDA PARA 210.000 PERSONAS EN MOVIMIENTO POR LATINOAMÉRICA
Ante ese difícil contexto, la IFRC hizo un llamado de emergencia para apoyar a 210.000 personas en movimiento durante los próximos 12 meses.
Las Sociedades de la Cruz Roja de Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala y México proporcionarán a las personas migrantes, refugiadas y retornadas atención médica y salud mental, acceso a servicios de agua y saneamiento, y dinero en efectivo para que puedan cubrir gastos esenciales, como el alojamiento o la alimentación, anunció Rodríguez.
Esto se complementaría con un programa de mediano y largo plazo basado en la respuesta en la ruta que incluye acciones durante 4 años que abarca de forma apoyo a la población migrante en los países de tránsito destino y retorno en 23 países de América Latina y El Caribe.