Santo Domingo. – El Instituto Duartiano afirmó que el otorgamiento de la nacionalidad dominicana al escritor Mario Vargas Llosa, muestra la penosa tendencia tradicional de las autoridades, de mostrarse excesivamente complacientes con extranjeros.
Puntualizó que, aunque algunos extranjeros pueden reunir méritos personales, no justifican los tributos que se les rinden.
El organismo indicó que eso es lo que especialistas denominan “complejo de Guacanagarix”, y aquí hay muchos ejemplos que van desde poner nombres a importantes avenidas de foráneos hasta colocar una gran estatua de Benito Juárez, con el índice apuntando hacia al principal símbolo de poder del Estado dominicano, el Palacio Nacional, apoyando su expresión “el respeto al derecho ajeno es La Paz”.
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“Allí debería estar una gran efigie de Juan Pablo Duarte y su pensamiento. El gobierno ha de mostrarse justo y enérgico… o no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional”, señaló.
Asimismo, precisó que Vargas Llosa ha adoptado posiciones acerbas e inconsecuentes contra la República Dominicana, al puntualizar que se revela como un enemigo del pueblo.
“No merece una nacionalidad que nos ha costado tanto, al extremo que no hemos cesado en su consolidación y defensa, hoy estamos en el fragor de la lucha para preservarla frente a planes de organismos y grandes potencias”, resaltó.
En otro orden, saludó la manifestación de solidaridad de la Consejera de la Misión Permanente de la República Dominicana ante las Naciones Unidas (ONU), Luz Andújar, ante los desconsiderados e injustificados ataques y acusaciones de “racismo sistemático” hechos aviesamente por panelistas que participaron en la segunda sesión del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes de la ONU.
