Cooperstown, Nueva York – En la ceremonia de exaltación del Salón de la Fama de este domingo, estarán las nuevas placas de Fred McGriff y Scott Rolen, elegidos por el Comité de la Era Contemporánea y por la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA), respectivamente.
Desde el 2015, hemos visto a múltiples exjugadores latinoamericanos exaltados: El dominicano Pedro Martínez, el puertorriqueño Iván “Pudge” Rodríguez, el quisqueyano Vladimir Guerrero padre, el panameño Mariano Rivera, el boricua Edgar Martínez, el cubano Tony Oliva y el dominicano David Ortiz.
De hecho, Cuba cuenta con un total de seis exaltados al Salón, Puerto Rico con cuatro, la República Dominicana con cuatro y Panamá con dos. ¿Y Venezuela? Uno solo, Luis Aparicio, cuya placa fue revelada en 1984.
Esa ampliación de países en el museo de Cooperstown—que incluirá Japón, con Ichiro Suzuki en el 2025—es de sumo agrado para el presidente del Salón de la Fama, Josh Rawitch, un bilingüe viajero y conocedor de América Latina.
“Definitivamente, eso diversifica el público”, comentó Rawitch, quien cumple ahora dos años frente a la institución. “Recuerdo que el año pasado (con la exaltación de Oliva y Ortiz), en el desfile del sábado, vi muchísimas banderas cubanas y dominicanas. Eso agrega mucho al espectáculo. En particular, David trajo su particular sabor dominicano, además de su fiesta de aquel domingo por la noche. Todas esas cosas son bien emocionantes”.
Efectivamente, la afición dominicana presente para las exaltaciones de Martínez, Guerrero y Ortiz (2015, 2018 y 2022) han sido de bastante impacto. Y lo más probable es que la bandera de dicho país vuelva a verse en el 2024, o más tardar el 2025, con la probable elección al Salón de Adrián Beltré. ¿y con Ichiro? Se sentirá un elemento totalmente nuevo en el pequeño pueblo de Cooperstown, en el estado de Nueva York.
