Guayaquil (Ecuador).- El expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) tildó este jueves de política la decisión del Gobierno de Estados Unidos de prohibirle la entrada a su territorio a él y a su familia directa, así como a su exvicepresidente Jorge Glas y también sus familiares directos.
«En este caso se evidencia, una vez más, el contenido político de este arbitrario y jurídico sistema de ‘sanciones’ del poder ejecutivo estadounidense, sin importarles destrozar la verdad y los derechos humanos», dijo Correa en un comunicado que compartió en su cuenta de la red social X.
El exmandatario respondió nuevamente así al comunicado del portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, quien aseguró el miércoles que Correa y Glas no son elegibles para ingresar al país «debido a su participación en actos de corrupción significativos durante su mandato público».
Según dijo Miller, ambos políticos «abusaron de sus cargos como expresidente de Ecuador y exvicepresidente de Ecuador, respectivamente, al aceptar sobornos, incluso mediante contribuciones políticas, a cambio de otorgar contratos gubernamentales favorables».
Sobre el expresidente Correa pesa una condena de ocho años de prisión por cohecho y una inhabilitación política que le fue impuesta en 2020 en el caso ‘Sobornos 2012-2016’, donde tanto él como varios de sus colaboradores fueron condenados por la financiación irregular de Alianza País, el movimiento político oficialista en ese momento.
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Por su parte, Glas, detenido en el asalto policial a la Embajada de México en Quito, tiene pendiente de terminar de cumplir en la cárcel una pena de ocho años de prisión, tras haber recibido dos condenas por asociación ilícita en 2017 en el marco del caso Odebrecht y otra por cohecho en 2020 en el caso Sobornos.
El exvicepresidente está además imputado por peculado (malversación de fondos) en las obras de reconstrucción tras el terremoto de 2016.
«Ponen en riesgo la seguridad de mi familia»
En su pronunciamiento, Correa criticó que las autoridades estadounidenses incluyan también a sus familiares. «Así esta infamia fuera cierta -dijo Correa sobre las acusaciones de corrupción- la responsabilidad penal es individual y no por consanguinidad, una barbarie de la premodernidad mantenida actualmente sólo por las mafias», dijo el exmandatario.
El expresidente criticó que el Gobierno estadounidense ponga «en riesgo la seguridad» de su familia, al difundir los nombres de su esposa y de sus tres hijos en el comunicado.
«Cuando yo dejé el poder, mi hijo menor tenía apenas 14 años», dijo en rechazo a que la medida se extienda a sus familiares, de quienes dice no han solicitado ninguna visa para ingresar a Estados Unidos.
Correa cuestionó que se haga lo mismo con los parientes de Glas, especialmente con la que fue su esposa y de la que «está divorciado hace ya varios años», y volvió a señalar que su exvicepresidente está «en condiciones infrahumanas en una cárcel de máxima seguridad» de Ecuador, en referencia a La Roca, en donde permanece tras su captura en la embajada mexicana.
Además, dijo que en los hechos que expone el Departamento de Estado, «se omiten aspectos tan relevantes como que Interpol se ha negado a tramitar las órdenes internacionales de detención» relativas al caso Sobornos por «considerarlas políticas», «o que los ‘condenados’ han recibido asilo en países con un Estado de derecho tan sólido como México, Canadá o Bélgica, por considerarlos perseguidos políticos».
Elecciones en Ecuador
Correa también señaló que la decisión de Estados Unidos podría deberse a la cercanía con las elecciones presidenciales de febrero de 2025, donde dice que su partido Revolución Ciudadana «parte como favorito».
«Y donde Daniel Noboa, ciudadano norteamericano (nacido en Miami), y su muñeco de cartón, se desploma por ineptitud y corrupción», añadió el exgobernante.
Correa terminó recordando los «cuatro maravillosos años» que vivió y estudió en Estados Unidos y que cuando fue presidente él «trataba de moderar a ciertos colegas progresistas por su profundo sentimiento antiimperialista».
«Me corresponde reconocer que el equivocado era yo», zanjó el expresidente, en cuyo mandato se dio la salida de Estados Unidos de la base militar de Manta.