La nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) entró oficialmente en vigor este 1 de enero.
El documento, aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, incorpora la adicción a los videojuegos a la lista de trastornos adictivos.
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Según el documento, la adicción a los videojuegos es un patrón de comportamiento «caracterizado por el deterioro del control sobre el juego»; hasta el punto de priorizar al videojuego sobre otros intereses y actividades cotidianas, incluso cuando esto trae consecuencias negativas.
El trastorno puede diagnosticarse si el patrón de comportamiento conlleva alteraciones en los ámbitos personal, familiar; social o de otro tipo y ha estado presente durante al menos doce meses, pero en los casos graves basta con un periodo más corto para que se realice el diagnóstico.