Santo Domingo.- Durante años miles de ciudadanos han tenido que vivir en los alrededores de las fétidas y nauseabundas aguas de la cañada de Guajimía en Santo Domingo Oeste, lo que representa un foco de contaminación que atenta contra la salud de sus habitantes.
Pero hoy en día estas personas empezarán a ver la luz al final del túnel, tras el Presidente de la República Luis Abinader dejar iniciados los trabajos de la segunda fase de saneamiento pluvial y sanitario del contaminado afluente, con una inversión de 50 millones de dólares, beneficiando a más de 350 mil personas.
«Hemos puesto atención a los reclamos de decenas de familias que viven a orillas de la cañada de Guajimía, porque se hace urgente poner fin a una situación de muchos años de abandono», dijo el mandatario.
El mejoramiento del afluente constituye una solución medio ambiental y social, y la generación de empleos, así lo indicó Felipe Suberví, director general de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo, institución a cargo del proyecto. Y explicó las tres etapas que comprende.
La primera de ellas es un estudio de impacto ambiental y social, el cual se realizó el pasado año; la construcción de 384 apartamentos para reubicación de familias y la ampliación de las redes de agua potable y de alcantarillado en las zonas faltantes del proyecto y obras complementarias de las cañadas afluentes.
El estancamiento de las aguas de Guajimía, en épocas de lluvias, origina inundaciones que ponen en riesgo la vida de sus moradores, por el alto grado de insalubridad que los arropa.
La cañada que tiene 13.58 kilometros de longitud, expone a los comunitarios a todo tipo de enfermedades, producto de los altos niveles de contaminación que allí abundan.