Santo Domingo.- Artistas de diversas disciplinas de la República Dominicana y Haití están inmersos en el proyecto Diálogo Cultural Binacional, presentado este jueves en Santo Domingo, que tiene como objetivo fortalecer el conocimiento mutuo y la cooperación en materia artística y medioambiental.
La iniciativa, desarrollada por la Fundación Haití Jazz y la asociación Caracoli, con el apoyo de la Unión Europea, permite el intercambio entre artistas de las dos naciones en el ámbito de la cultura del carnaval, la música, la gastronomía, la fotografía o el arte callejero.
La iniciativa, además, pretende contribuir a proteger los recursos naturales de la isla La Española, que comparten Haití y la República Dominicana, con el fin de garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
La cultura es una forma de tender puentes entre vecinos, porque «los artistas hablan el idioma del arte, que no tiene fronteras», afirmó en declaraciones a Efe la directora de la Fundación Haití Jazz, Milena Sandler.
Sandler confía en que el proyecto sirva para que, desde otros ámbitos, se tome «ejemplo de las relaciones entre los artistas» para lograr un entendimiento mutuo, tal y como ha ocurrido durante una residencia artística, la primera experiencia de esta temporada cultural binacional, desarrollada en San Cristóbal (sur dominicano).
El pasado enero, el artista plástico dominicano Luis Rivas y el haitiano Louvenson Saint Juste reunieron a diez creadores emergentes en un estudio de arte para explorar formas novedosas de celebración de los carnavales tradicionales de los dos países.
Las marionetas carnavalescas que se crearon como resultado de este intercambio se realizaron con materiales reciclados, bolsas y botellas de plástico, vidrio, tejidos y metales, así como otros residuos «que transformamos en arte» y, posteriormente, dos piezas participaron en el carnaval de Jacmel (sur haitiano), explicó Rivas en declaraciones a Efe.
«La experiencia fue muy interesante, porque hay muchos tabúes en ambos países, hay una barrera, hay cosas prohibidas, pero eso son problemas políticos. El arte no tiene que ver con eso, el arte sirve para curar, para culturizar, para transformar personas, y con este proyecto rompimos muchos tabúes», afirmó.
El resultado ha sido «muy enriquecedor» y Rivas confía en que «el arte va a servir de puente para cruzar esa frontera, volar por encima de ella», contribuyendo a la tolerancia entre dos culturas y creencias muy diferentes, a pesar de que los dos países comparten la misma isla.
Además de la residencia en San Cristóbal, la agenda de actividades del Diálogo Cultural Binacional incluye jornadas de arte callejero, intercambios entre grupos gagá (manifestación musical de contenido religioso nacido en los ingenios azucareros), festivales de música o eventos gastronómicos.