Gatesville.- Aunque la suspensión de la ejecución de Melissa Lucio ha sido un enorme alivio para toda su familia, sus hijos apenas se han dado el lujo de disfrutar de la buena noticia y, tras unas pocas horas de descanso, han vuelto a concentrarse en su objetivo final: conseguir que su madre salga de la cárcel.
«Aunque la ejecución de mi madre fuera suspendida, vamos a seguir protestando. Vamos a seguir haciendo todo lo posible para que mi madre vuelva a casa», contó Bobby Álvarez, visiblemente agotado tras madrugar para ir a ver a su madre a la cárcel texana de Mountainview, en Gatesville, un día después de recibir la buena noticia.
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Tanto Bobby como John Lucio, los dos hijos de Melissa que más activos se han mostrado en la campaña «Free Melissa Lucio», han defendido y apoyado de manera incansable a su madre durante años, pero saben que aún les queda un largo periplo por delante.
«Creo que estamos a medio camino», confesó John Lucio en la recepción de un ajetreado Holiday Inn de Gatesville, donde se han estado alojando activistas, familiares y amigos de Melissa desde hace días.
«La lucha acaba de empezar. Nos hemos quitado lo principal de encima pero ahora tenemos que sacarla de prisión. (….) No voy a poder parar hasta que descansemos juntos mi madre y yo, hasta que salga por esa puerta. Entonces quizá podamos descasar», explicó.
Sentimientos de sus hijos
Los hijos de Melissa amanecieron hoy con sentimientos encontrados: por una parte, seguros de que su madre será finalmente liberada, pero por otra sin acabar de creerse que ya no será ejecutada con una inyección letal este miércoles, como habían programado las autoridades del estado de Texas.
«Cuando me despierte el jueves, ahí es cuando me voy a pensar ‘vale, es real’. Ahí es cuando de verdad voy a poder celebrar. (…) Voy a pensar ‘el 27 ya ha pasado, ya no está aquí, es 28 de abril de 2022 y voy a poder ir a ver a mi madre'», repitió John.
Aunque la Corte de Apelaciones de Texas decretó el liunes que el caso sea revisado por los tribunales del condado de Cameron, donde se produjo la muerte de Mariah (la hija de 2 años a quien acusan a Melissa de matar de una paliza), los seres queridos de esta madre de 14 hijos insisten en que dudan mucho que su madre vaya a tener que pasar por otro juicio.
La razón, arguyeron, es que la Fiscalía de Cameron no cuenta con las pruebas suficientes para probar que Melissa acabó con la vida de su hija, además del costo que supone un proceso judicial nuevo.
Juicio nuevo
«No creo que quieran malgastar el dinero en un juicio nuevo, porque cuesta mucho dinero. (…) No tiene sentido y (…) estoy seguro de que ellos saben eso», subrayó John, que apunta a que su esperanza es que exoneren a su madre de los cargos.
«No nos importa una compensación, (el Gobierno) se puede quedar con su dinero. Solo queremos que le den su libertad», aseguró.
Cuando la liberen, algo de lo que a los partidarios de Melissa no les queda ninguna duda que sucederá en algún momento, también les quedará un largo camino por delante para tratar de reinsertar en sociedad a una persona que se ha pasado 15 años en el corredor de la muerte, en situación de aislamiento.
«Se lo digo todo el rato, ‘mamá, has estado descansando 15 años. Has estado de vacaciones 15 años. Ahora vas a volver a casa y es momento de que te pongas a trabajar. Vas a trabajar en casa y a ser una niñera'», bromeó John Lucio.
También habrá que ponerle al día sobre las nuevas tecnologías: «No sabe lo que son estos teléfonos nuevos, lo que es Facebook, o lo que son estas nuevas televisiones inteligentes. Imaginate, la encarcelaron en 2007», recordó.