Colombo.- Sri Lanka amaneció este martes en calma tras una jornada de violencia con al menos 8 muertos y 218 heridos, después de que los choques entre partidarios del Gobierno y opositores, que reclamaban desde hace semanas su dimisión en bloque por la crisis económica, se propagaron por toda la isla.
De nada sirvió que a primera hora de la tarde del lunes el primer ministro, Mahinda Rajapaksa, presentara su dimisión. Esta mañana, el que fue presidente del país entre 2005 y 2015 -tiempo en el que puso fin en 2009 a las más de dos décadas de guerra civil que asolaron el país- abandonó la residencia oficial de Temple Trees.
Fueron precisamente sus seguidores a los que se acusa de haber desencadenado la violencia del lunes, cuando después de participar en un acto de apoyo al entonces primer ministro en Temple Trees, se enfrentaron a los manifestantes pacíficos que se encontraban en el exterior de la residencia oficial reclamando su dimisión.
Después el grupo progubernamental se dirigió a la protesta principal en las inmediaciones de la Secretaría Presidencial de Colombo, donde desde hacía justo un mes reclamaban la renuncia del hermano de Mahinda y presidente, Gotabaya Rajapaksa, y atacaron a los manifestantes con palos y barras de hierro ante la supuesta indiferencia de la policía, que tardó en reaccionar.
En Sri Lanka el presidente es el jefe de Gobierno, mientras que el puesto de primer ministro es más ceremonial, por lo que los manifestantes todavía reclaman la renuncia de Gotabaya Rajapaksa, que anunció que formaría un gobierno de inclusión nacional con todos los partidos.