Kabul.- El presidente afgano, Ashraf Ghani, culpó hoy a Estados Unidos de provocar con su «abrupta» retirada la grave situación de seguridad en Afganistán, donde los talibanes prosiguen su rápido avance y mantienen el asedio a tres capitales provinciales ante la resistencia de las tropas afganas.
EE.UU. inició el pasado 1 de mayo la retirada final de sus tropas del país asiático, provocando una rápida ofensiva de los talibanes, que en los últimos tres meses han logrado capturar alrededor de 125 centros de distrito, el mayor logro en dos décadas de guerra.
ABRUPTA DECISION
En un discurso en una sesión especial del Parlamento, Ghani culpó de este grave deterioro de la seguridad a la decisión «abrupta» de Washington de retirar las tropas de Afganistán, algo que «sabía que tendría consecuencias y que esto recaería sobre el pueblo afgano».
Afganistán se enfrenta en estos momentos a una «agresión terrorista sin precedentes» y las fuerzas nacionales luchan contra una «alianza de terroristas, traficantes y organizaciones criminales», aseguró el mandatario, que dijo recientemente que una decena de miles de terroristas extranjeros se han infiltrado en el país aprovechando la retirada estadounidense.
CONTINUAN LOS ATAQUES
Las palabras de Ghani llegaron en pleno asedio a tres importantes capitales provinciales por parte de los insurgentes, incluidas las ciudades de Kandahar, Lashkargah y Herat, situadas en el sur y el oeste del país.
Pero pese a que los talibanes pudieron expandir sus ataques a nuevas áreas cercanas a las capitales provinciales, las fuerzas de seguridad afganas lograron contener los avances insurgentes.
En la provincia occidental de Herat, donde los combates se intensificaron en las últimas 24 horas, las fuerzas de seguridad planean lanzar una operación para despejar «los barrios más vulnerables» de la capital homónima y otros distritos adyacentes, dijo a Efe el portavoz del gobernador provincial, Jailani Farhad.
El portavoz pidió a los civiles que no salgan de sus casas y celebró que aunque anoche los talibanes estuvieron cerca de entrar en la capital, las fuerzas de seguridad lograron contener su avance, en un contraataque en el que murió un centenar de insurgentes.
Esos combates han obligado a huir a cientos de familias, que han abandonado sus hogares a las afueras de la ciudad para refugiarse en barrios del centro capitalino con la ayuda de familiares u ocupando espacios vacíos.
Los combates también continúan en el interior de Lashkargah, capital de la provincia meridional de Helmand, donde anoche los talibanes atacaron la principal prisión de la ciudad; aunque las fuerzas afganas lograron hacer retroceder a los insurgentes.
«En un contraataque, las fuerzas afganas mataron a 40 combatientes e hirieron a otros dos antes de hacerlos retroceder», anunció hoy el Ministerio de Defensa afgano en un comunicado.
En estos momentos, dos distritos de la ciudad de Lashkargah «están bajo el control de los talibanes» y actualmente hay enfrentamientos en otros tres, dijo a Efe un miembro del consejo provincial, que pidió el anonimato.
Cerca de Kandahar, capital de la provincia homónima, se están librando también varios enfrentamientos, aunque anoche las fuerzas de seguridad lograron hacer «retroceder» a los insurgentes en uno de los distritos adyacentes «gracias a las operaciones terrestres y aéreas de las fuerzas de seguridad», dijo a Efe el jefe de policía Hashim Regwal.
Las últimas 24 horas han sido testigo además de fuertes combates entre las fuerzas de seguridad afganas y los talibanes en 15 de las 34 provincias afganas.
«En los enfrentamientos y contraataques entre las fuerzas de seguridad murieron 455 combatientes talibanes», una de las cifras diarias más altas en las últimas dos décadas de conflicto, aseguró el Ministerio de Defensa en un comunicado.
AUMENTO DE HERIDOS
Los ataques de los últimos días han provocado un aumento en el número de ingresos en los hospitales de ciudades como Lashkargah, que trabajan sin descanso para atender a los heridos.
«Algunos de nuestros colegas pasan la noche en el hospital porque es más seguro, pero también para poder seguir tratando a los pacientes. La situación ha sido terrible durante meses, pero ahora es aún peor», advirtió hoy en un comunicado la coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Lashkargah, Sarah Leahy.
«En solo un día realizamos diez operaciones a heridos por hecho violento, algo inaudito para MSF», cuando el promedio de heridos que ingresan en su centro de la capital de Helmand es de dos por día, señala la nota.
Según la organización, desde el anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses en mayo, sus equipos en Lashkargah «han tratado a 482 heridos, casi todos (92 %) por heridas causadas por proyectiles y balas y alrededor de una cuarta parte (26 %) menores de 18 años».
Baber Khan Sahel