Kabul.- El Gobierno afgano ofreció a una delegación talibán en Doha un acuerdo de reparto de poder a cambio del cese inmediato de los ataques a las principales ciudades de Afganistán, una propuesta que forma parte de las negociaciones de paz.
«El Gobierno afgano ofrece la participación en el poder a los talibanes y exige el cese inmediato de los ataques a las ciudades en el nuevo plan de paz», dijeron este jueves fuentes oficiales no identificadas al canal de noticias afgano 1TV.
El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, que desde ayer está en Doha para asistir a reuniones internacionales sobre el futuro de Afganistán, ha «presentado (el) plan para poner fin a la crisis a (los mediadores de) Catar», según el canal de noticias.
Por el momento no hay más detalles disponibles sobre esta propuesta, cuyo fin es alcanzar la paz después de que los insurgentes incrementaran la violencia y lograron la captura en la última semana de diez de las 34 capitales de provincia en el país.
La portavoz de los Equipos de Negociación afganos en Catar, Najia Anwari, aclaró a Efe sin embargo que las informaciones de los medios locales sobre la propuesta no responden a un nuevo plan presentado por las autoridades afganas, sino que forma parte de las rutinarias negociaciones de paz intraafganas iniciadas hace casi un año.
«El plan de paz que se plantea ahora es en realidad la hoja de ruta de la paz para el reparto del poder político de ambas partes y es uno de los temas a debatir en las negociaciones. No es algo completamente nuevo sugerir un reparto de poder. El objetivo es discutir esto en las conversaciones de paz para que podamos llegar a un acuerdo político para acabar con esta guerra destructiva», precisó.
Un portavoz de los talibanes en Catar, Naeem Wardak, negó por su parte que por ahora hayan recibido dicha oferta. «No se ha ofrecido nada de eso», aseguró a Efe.
Abdullah asistió a dos días de reuniones de la conocida como la Troika Ampliada, con representantes de Estados Unidos, Rusia, China y Pakistán; y además, mantuvo un encuentro con los socios regionales e internacionales de Afganistán, con el fin de buscar un apoyo decisivo para el proceso de paz afgano y la seguridad de Afganistán.
La delegación que encabeza Abdullah planteó a la comunidad internacional «las graves preocupaciones» del Gobierno y el pueblo de Afganistán y pidió que se «adopten medidas serias para prevenir los ataques de los talibanes a las ciudades, que han provocado crímenes de guerra, abusos generalizados de los derechos humanos y catástrofes humanitarias».
El delegado afgano también hizo hincapié en «la necesidad de iniciar negociaciones significativas y sinceras para establecer un alto el fuego inmediato y llegar a un acuerdo político», según recoge un comunicado del Ministerio de Exteriores afgano.
El jefe talibán de la oficina de Catar, el mulá Abdul Ghani Baradar, afirmó hoy, durante estas reuniones, que los combatientes están «comprometidos con una solución negociada de los problemas» que vive Afganistán, según un comunicado.
«Los talibanes han estado luchando por dos objetivos: la libertad del país y el establecimiento de un sistema islámico. No podemos comprometer estos dos objetivos», apuntó, y agregó que no aspiran a un monopolio del poder, sino que buscan «un sistema islámico inclusivo» libre de corrupción.