Asalto a los espacios públicos: Aceras en RD, ocupadas por todo, menos por el peatón

Santo Domingo – Caminar por las calles de Santo Domingo se ha convertido en una actividad que podría calificarse como un «deporte extremo». Los transeúntes se ven obligados a sortear obstáculos y a lanzarse a las calles, ya que, en la mayoría de los casos, las aceras están ocupadas por parqueos, exhibidores de negocios e incluso construcciones ilegales.

Durante un recorrido realizado por este medio, se constató que los espacios peatonales se utilizan para todo, menos para ofrecer un lugar seguro de desplazamiento. Un claro ejemplo de esta problemática se observa en el Kilómetro 11 de la autopista Duarte, donde los pocos metros que deberían servir como veredas están completamente invadidos por negocios.

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Tanques, gomas y vehículos estacionados bloquean el paso a los peatones. Además, los talleres mecánicos de la zona han extendido sus operaciones a estas áreas, obligando a los caminantes a arriesgarse en las vías, donde los vehículos circulan a altas velocidades, aumentando el peligro de atropellos.

El artículo 179 de la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios establece que los bienes de dominio público, como calles, plazas y parques, deben estar disponibles para el uso y disfrute de la comunidad. Sin embargo, en muchos casos, estas leyes parecen no aplicarse.

En la zona conocida como «los tanques», mientras el equipo de De Último Minuto documentaba la situación, una señora se vio obligada a esperar un transporte público en la orilla de la avenida, exponiéndose a un riesgo innecesario debido a la falta de espacio seguro en las aceras.

Esta alarmante realidad también se vive en el Kilómetro 9 de la misma autopista, cerca de la estación María Montez del Metro de Santo Domingo. Allí, los peatones deben moverse con extrema precaución para no tropezar con vendedores ambulantes, motoristas y los «carros de concho» que se estacionan en las aceras, dejando apenas espacio para el paso de las personas.

«Aquí no se puede caminar. Tienes que estar muy atento para que no te atropelle un motorista que busca pasajeros o algún haitiano que intenta venderte algo», expresó Jennifer Santos, una estudiante que se dirigía a utilizar el transporte masivo.

Aceras brillan por su ausencia

En las zonas residenciales, las aceras parecen «brillar por su ausencia». En la urbanización Gala, la falta de uniformidad en las estructuras es evidente. Muchas viviendas no cuentan con andenes, y las que las tienen, están ocupadas por zafacones, las utilizan como jardines, parqueos o las cubren con mosaicos resbaladizos que representan un peligro para los transeúntes.

Otra práctica común que pone en riesgo a los peatones es la modificación de la altura de las aceras para facilitar el acceso de vehículos a las viviendas, creando pendientes pronunciadas que dificultan el paso de personas mayores o con discapacidad.

En barrios como La Venta, en Santo Domingo Oeste, la situación es aún más grave. Los propietarios de las viviendas han extendido sus construcciones hasta el límite de las calles, dejando sin espacio a los peatones.

La Ley 675-44, que regula el ornato público, establece claramente que las aceras y calles deben mantenerse despejadas para garantizar el tránsito seguro de las personas. Cada lote tiene derecho a una rampa de acceso, generalmente de seis metros, que debe respetarse como acera.

La ocupación indebida de las aceras en Santo Domingo no solo refleja un problema de orden público, sino que también pone en riesgo la seguridad de los peatones. Es urgente que las autoridades tomen medidas para garantizar que estos espacios sean utilizados de manera adecuada, respetando el derecho de las personas a desplazarse de forma segura por la ciudad.