Jorge Soler, Freddie Freeman y Bravos de Atlanta ganaron su primer título de la Serie Mundial desde 1995, al propinar una paliza 7-0 a Astros de Houston en el sexto juego.
Cuán orgulloso estaría Hank Aaron.
Max Fried lanzó seis innings en blanco, para aportar el mejor pitcheo observado en este Clásico de Otoño.
El cubano Soler, adquirido recién en julio y quien dio positivo de COVID-19 en los playoffs, le brindó todo el respaldo que necesitaba desde temprano, con un jonrón colosal de tres carreras.
Fue el tercer cuadrangular de Soler ante los Astros.
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Freeman sacudió un doble productor y luego completó la paliza mediante un jonrón solitario que colocó el 7-0 definitivo en la pizarra en el séptimo inning.
Para entonces, todo el equipo sabía que el cetro estaba en la bolsa.
El venezolano Ronald Acuña Jr., la figura de los Bravos que sufrió una lesión grave de rodilla, ingresó desde el dugout; se unió en la celebración a Freeman, el rostro de la franquicia durante los últimos años.
Cuando llegó la lesión grave en la rodilla de Acuña, nadie pensaba ya en los Bravos. Todos apuntaban a los Gigantes, los Medias Blancas y los Dodgers como favoritos para la Serie Mundial.
Soler se dio dos golpes en el pecho y comenzó a trotar por los senderos, luego de lograr su cuadrangular ante el novato venezolano Luis García en la tercera entrada.
La pelota salió incluso del graderío del Minute Maid Park.
Jugadores que aportaron al triunfo de la serie mundial
Dansby Swanson aportó otro batazo de cuatro esquinas. Y ya no fue posible detener a los Bravos antes del último out.
En realidad, nada pudo frenarlos. Ni una fractura en una pierna sufrida por el abridor Charlie Morton en el primer juego de la serie. Tampoco una gran ventaja dilapidada en el quinto juego.