martes, febrero 18, 2025

Buscan regenerar con proteínas zonas dañadas por infartos cardiovasculares

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El grupo de investigadores de la Universidad de Sidney, en Australia, está desarrollando un método que consiste en una inyección de proteínas para revertir la pérdida de elasticidad del tejido cardíaco dañado tras un infarto. Por el momento se probó en animales y funcionó bien.

Lo que hicieron es usar una proteína que se conoce como “tropoelastina”. Al inyectarla en la zona donde se encuentra la cicatriz del infarto, se busca que la proteína pueda “hacer retroceder el reloj” del daño muscular. Es decir, intentan que las cicatrices sean “más elásticas” y ayuden a mejorar la capacidad de contracción del corazón.

El estudio se publicó en la revista especializada Circulation Research. Fue la primera vez que los científicos investigaron el potencial de la tropoelastina en el tratamiento de las cardiopatías.

“Esta investigación pone de manifiesto el potencial de la tropoelastina en la reparación cardiaca y sugiere que nuevos trabajos mostrarán posibilidades apasionantes de su papel en futuros tratamientos y terapias”, afirmó el doctor Robert Hume, investigador principal, que llevó a cabo la investigación en el Instituto Westmead de Investigación Médica, en Sidney.

Hicieron estudios preclínicos: inyectaron tropoelastina purificada en la pared del corazón de ratas días después de inducirles un infarto. Además, a través de la tecnología por ultrasonido, la aguja se fue orientando hasta la pared del corazón. Es un método menos invasivo.

Veintiocho días después, el músculo cardiaco que al principio estaba dañado y cicatrizado recuperó su elasticidad y volvió a tener una función muscular similar a la de antes del infarto.

“La tropoelastina puede reparar el corazón porque es una réplica exacta de la proteína elástica natural del organismo”, comentó el coautor, el profesor Anthony Weiss, del Centro Charles Perkins y la Facultad de Ciencias, a través de un comunicado.

En la revista, los científicos escribieron: “Demostramos por primera vez que la tropoelastina humana purificada puede reparar significativamente el corazón infartado en un modelo de infarto de miocardio en roedores y que los fibroblastos cardíacos humanos sintetizan elastina. Como los fibroblastos cardíacos humanos son los principales responsables de la síntesis de cicatrices tras un infarto, nuestros hallazgos sugieren interesantes opciones futuras de aplicación clínica”.

Consultado por Infobae, el jefe de la unidad coronaria del Instituto Cardiovascular (ICBA) de Argentina, Juan Pablo Costabel, consideró que el estudio con la inyección de proteínas para las cicatrices posteriores al infarto resulta ser “original y atractivo”.

Tras leer el artículo publicado, el doctor Costabel explicó que “con la inyección que hicieron los científicos en Australia se intentaría regenerar a las proteínas que el organismo perdió por el infarto. Como hipótesis y tras probarlo en animales, el método es atractivo, pero hay que tener en cuenta que falta que se hagan ensayos clínicos con voluntarios humanos”.

En el pasado -recordó Costabel- hubo intervenciones que funcionaron bien en animales, pero no en los seres humanos. Por lo cual, no se debería generar aún una gran expectativa sobre esta nueva intervención con proteínas hasta que no demuestre realmente eficacia y seguridad”.

Durante las décadas recientes se había intentado hacer algo similar con células madre, pero aún no se tienen pruebas de eficacia y seguridad.

Fuente: Infobae

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