Santo Domingo.- La capitana de las Reinas del Caribe, Prisilla Rivera, anunció este miércoles su retiro asegurando que se va con la satisfacción de que durante todo este tiempo se esforzó al máximo.
“Cada gota de sudor siempre valió la pena sin importar el costo de cada una de ellas”, posteó.
Manifestó que nunca pensó que su carrera terminaría de esta manera porque uno de sus sueños era ganar la medalla olímpica sin importar el color.
Destacó que a pesar de no obtenerla en Tokio 2020, el respeto, el cariño y el apoyo, que ha recibido tienen para un valor incalculable. “Esa para mi será mi medalla.
Informó que se verá con el país en la copa en septiembre donde se despedirá en su casa, con su público, familiares y llevará la bandera en su pecho para escuchar y cantar una última vez el himno nacional dentro de la cancha.
Comunicado integro:
Después de más de 20 años en las diferentes categorías del proyecto nacional de voleibol femenino de la República Dominicana y de haber dado absolutamente todo de mí, incluso en ocasiones hasta más de lo que se me exigió, llega el momento de decir adiós con cierta nostalgia porque cuando amas lo qué haces como yo he amado este deporte, representar mi patria y mi gente es imposible no sentir esa punzada en el corazón. También con alegría porque me voy con la satisfacción de que no me quede con nada, que me esforcé al máximo, que no tengo cuentas pendientes conmigo y que cada gota de sudor siempre valió la pena sin importar el costo de cada una ellas.
Les confieso que jamás pensé que mi carrera terminaría de esta manera, siempre soñé con ganar esa medalla olímpica sin importar el color, no pude obtenerla en estos mis últimos Juegos Olímpicos, pero lo cierto es que el respeto, el cariño el apoyo, que he recibido y seguiré recibiendo por parte de ustedes tiene para mí un valor incalculable y esa para mi será mi medalla.
Seguiré representando mi país pero desempeñando otras funciones, asumiendo otro rol y aunque no me vean en la cancha créanme que estaré por ahí Cerca, jamás me alejare de mi familia que elegí y que ha recorrido este camino conmigo, recuerden que yo he sido esa gran atleta pero con ayuda de ellas al igual que ellas con mi ayuda, de eso siempre se ha tratado el trabajo en equipo.
Gracias le daré a Dios hasta el último día de mi vida por haberme dado la oportunidad de representar mi país, por no permitir que desistiera, por darme fuerzas cuando pensé que no podía y por darme la sabiduría y capacidad de tomar las decisiones correctas en los momentos de angustia.
Nos veremos en la copa en septiembre para despedirme en mi casa, con mi público, con mi familia y llevar esa bandera en mi pecho, escuchar y cantar una última vez nuestro himno nacional dentro de la cancha.