París.- «Esta iglesia se quedó pequeña para lo que eras». La eurodiputada Marion Maréchal, la más fiel heredera ideológica de su abuelo Jean-Marie Le Pen, aludió así a los cientos de personas que, a la intemperie, aguantaron un intenso frío para seguir a través de pantallas la misa réquiem celebrada en París.
Fallecido el pasado 7 de enero a los 96 años y enterrado el 11 en su pueblo natal de Bretaña, la ceremonia ha sido el último homenaje que la familia Le Pen rindió al patriarca, figura de proa de la ultraderecha y una de las más controvertidas de las últimas décadas en Francia por sus decenas de condenas judiciales tras diatribas contra los judíos, los musulmanes y los homosexuales.
Desde Notre Dame de la Nativité du Val de Grace, iglesia católica del siglo XVII y asignada a la Diócesis del Ejército, una misa de algo más de hora y media contó con Marine Le Pen -líder del ultraderechista Agrupación Nacional (RN), el partido más votado en Francia- como el personaje público más conocido.
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La hija pequeña de Jean-Marie estuvo acompañada por sus hermanas Marie Caroline y Yann y por su sobrina Marion Maréchal, eurodiputada y figura del nacional-catolicismo francés quien ha tenido sonadas diferencias políticas con su tía Marine.
Bajo unas fuertes medidas de seguridad -los bultos de los periodistas se sometieron a pruebas de detección de explosivos-, 400 invitados pudieron asistir a la ceremonia en el templo.
El resto, entre los que había admiradores del fundador del Frente Nacional (FN), militantes ultras de todas las edades y periodistas, se quedaron en la explanada de la iglesia bajo una temperatura que rozó los cero grados. Dos grandes pantallas transmitieron la ceremonia en directo.
De parte de la familia más próxima, subieron al púlpito Marie Caroline -hija mayor-, y la nieta preferida, Marion. Ambas describieron a Jean-Marie como «un genuino espíritu libre» y «tenaz». Marine, vestida de riguroso negro, no intervino.
«Hace falta más de Trump en Francia»
En la explanada del templo se congregaron varios cientos de personas para dar el último adiós al que sus detractores llamaban ‘El diablo de la República’ y sus admiradores ‘El Menhir’.
Con una gorra estampada con la bandera de Estados Unidos y la palabra ‘Trump’, John llamó rápidamente la atención de las cámaras. «Lo he hecho apropósito», dijo a EFE este franco-estadcounidense que reside desde hace 35 años en Florida.
El septuagenario aseguró que conoció a Jean-Marie Le Pen en 1964, cuando los dos trabajaron en la campaña presidencial francesa a favor del ultra Jean-Louis Tixier-Vignancour para los comicios de 1965.
«Francia necesita ahora un poco más del estilo Donald, como hacía Jean-Marie», aseveró John, al defender la manera vehemente de expresarse de ambos en temas como el combate a la inmigración.
Junto a este franco-americano, quien había prometido a sus tres hijos venir a las exequias del patriarca Le Pen, Benoit, un antiguo militar de 73 años, suscribió cada frase de su vecino de circunstancias.
El exparacaidista lamentó la «obsesión» del RN de Marine Le Pen en hacerse presentable para el gran electorado -proceso conocido como ‘desdiabolización’- y apuntó a Maréchal como «la más fiel a las ideas» del patriarca.
«Mis esperanzas están con ella», aseveró a EFE Benoit, quien, decepcionado con Marine, votó en las presidenciales de 2022 al polemista y figura de la derecha dura y antiislamista Éric Zemmour, quien también acudió a la misa.
La ceremonia estuvo blindada para evitar manifestaciones contra Jean-Marie Le Pen como las que tuvieron lugar el día de su deceso, cuando cientos de personas celebraron en varias ciudades francesas, algunos con copas de champán, la muerte de la controvertida figura.
Condenado varias veces por antisemitismo, xenofobia o agresiones, y acusado de haber practicado la tortura cuando participó en la guerra de independencia de Argelia (1954-1962), tuvo su momento estelar cuando, en 2002, quedó por delante del socialista Lionel Jospin y disputó la segunda vuelta presidencial ante el conservador Jacques Chirac, lo que creó un ‘shock’ en la sociedad francesa, que se manifestó en multitudes.
Al final de su vida, Jean-Marie Le Pen tuvo un sonado conflicto con su hija Marine, a quien había legado la dirección del Frente Nacional (desde 2018 rebautizado Agrupación Nacional).
Marine Le Pen expulsó en 2015 a su padre del partido que él mismo había fundado en 1972 por unas declaraciones que relativizaban el Holocausto. Hace unos días, la lideresa del RN dijo estar arrepentida de esa decisión.