martes, julio 2, 2024

Columbia y el irrespeto a RD

Por: América Pérez (periodista y pensadora libre)

Cuando se elige un presidente, en nuestra Carta Magna se establecen todos los derechos plenos que tiene este de representarnos en cualquier escenario, es como que en un solo hombre o mujer que dirige el país, laten más de 10 millones de corazones.

Luis Abinader en estos momentos es cada uno de los dominicanos y de todo que aquel o aquella que se sienta dominicano, es nuestra voz y acción ante una situación. Ayer las redes sociales se prendían en candela, y créanme que hasta la oposición política aunque no lo digan públicamente sintieron indignación por una intervención irrespetuosa, prepotente, altanera, maleducada y sin base histórica correcta, ni estadística como evidencia, ni moral de una joven estudiante de una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, como lo es Columbia, donde a la fecha del 2011 tenía 96 premios Nobel, y Lizzy George Griffin justamente recibió un premio por parte de los que habitamos en República Dominicana, y no fue precisamente el Soberano, sino el repudio de un pueblo que somos, hemos sido y seremos solidario ante Haití.

Cuando escuchamos ante la comunidad internacional hablar de racismo de nosotros hacia nuestros hermanos haitianos, pensamos si es que están hablando de otra patria que no sea esta. Aquí no hay, aquí lo que queremos es respeto a la soberanía dominicana.

Ellos caminan por nuestras calles libremente sin que nadie le acuse de negro o haitiano, estudian en nuestras escuelas y universidades, trabajan en los campos, construyen en la ciudad, venden en los semáforos arrabalizándolo todo, son los chóferes de los motores en las paradas y carros de transportes públicos, talan nuestros árboles en algunas zonas y defecan en las calles, tienen puestos en los mercados dominicanos en cada punto del país, paren en nuestros hospitales más hijos que nosotras mismas y sin dar un solo Peso Dominicano donde está Duarte plasmado…mientras que nosotras debemos pagar por el servicio. ¿Qué más quieren de nosotros?

Como nación pobre no podemos asumir la carga política, social, económica, ambiental, cultural…de una «nación» que no quiere progresar, que no logra ponerse de acuerdo, que tiene altos índices de inseguridad con bandas que mantienen en zozobra a un pueblo, con instituciones débiles, hambre, peste, droga y prostitución por doquier, secuestros, tráficos de órganos.

Somos una República Dominicana pujante, amigos de todos, solidarios, humanos, caritativos, pero no somos pendejos, bastante tenemos con todo lo que pasa en las escuelas donde los hijos de los haitianos estudian, quedándose a veces hijos de esta patria sin cupos. Sin el derecho constitucional a la educación. Nadie ahí dice nada. Nuestro presupuesto nacional es para quienes estén legales, es para quienes contribuyan al fisco, es para nuestra gente, aun así cargamos pesado con la inmigración.

Lizzy la joven que no dejaba exponer al presidente de todos los dominicanos, hablaba desde la ignorancia pura y simple o desde la ingenuidad de dejarse usar de países que solo ven como solución que la isla se unifique, y le decimos que nunca será esa la solución, es muy abismal lo que nos diferencia.

 La solución la tienen ustedes en las manos Comunidad Internacional, sentándonos todos a ver en que podemos ayudar, aunque también entendemos que Haití debe poner de su parte, y realizar la más grande de las revoluciones, la del pensamiento social, poner sus ojos en el progreso y dejar de autocastigarse y de victimizarse.

Por más ayuda que queramos dar desde afuera, el pueblo haitiano debe reflexionar, porque caramba si desde el 1804 que obtuvieron su libertad, dando ejemplo a otros pueblos, no han podido avanzar no es culpa de nadie, ha sido solo su propia culpa.

Haití tiene el derecho de caminar por una economía estable, por el fortalecimiento de sus instituciones, por la salud, el deporte, la ciencia, el turismo, la cultura, pero será ya una voluntad de ellos, que como se realizó la Primavera Árabe o como Japón después de la guerra y las bombas ha ido floreciendo, queremos sentir orgullo de que una hermana siamesa también al igual que nosotros lucha por dignificar su estatus ante la comunidad internacional, y aún más lejos, dignificar la vida de sus nacionales.

Y, por último, las universidades y centros de enseñanzas son para motivar las libertades y sobre todo de expresión, jamás hay que censurar a quien emite su opinión, pero lo no podemos es hacer silencio ante acusaciones totalmente falsas y sobre la mala educación ante la investidura de un presidente, puede tener el nombre de Abinader o no.

Ser universitario es tener un nivel alto de educación, al menos es lo que se presume, pero los valores y el respeto a una persona mayor primero y luego representante de una nación, se aprende en las casas, en los hogares, y de eso si sabemos los dominicanos. Y lo demostró con su respuesta y actitud Luis Abinader.

Columbia que ha brillado tanto con los premios Pulitzer y con tantos Nobel, quedará en la historia como el escenario donde se le faltó el respeto a todo un pueblo dominicano, que manera más fea de ser viral.

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