Quito.- Con los dos canjes de deuda por naturaleza realizados desde el año pasado, Ecuador prevé recibir hasta unos 920 millones de dólares destinados a conservar las Islas Galápagos y la Amazonía, dos joyas mundiales de la biodiversidad tanto marina como terrestre que el país suramericano tiene en su territorio.
En estas operaciones financieras, el país andino no sólo ha reducido su deuda en al menos unos 1.900 millones de dólares, si se suman los intereses que debía pagar, sino que se ha garantizado recibir fondos para las Galápagos y para la selva amazónica que irán llegando de manera anual durante las próximas dos décadas.
Para ello, el Gobierno ecuatoriano recompró por unos 1.500 millones de dólares bonos soberanos que había emitido originalmente por valor de alrededor de 3.000 millones de dólares.
Los desembolsos de estas recompras fueron cubiertos por nuevos bonos suscritos por organizaciones ambientalistas internacionales, con condiciones más favorables que los originales tanto en plazos como en intereses.
Además, los nuevos bonos recibieron garantías tanto de la Corporación Financiera Internacional de Estados Unidos (DFC) como del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
A cambio de cobrar los bonos y sus respectivos intereses, estas organizaciones internacionales destinarán parte de los fondos a la conservación tanto de las Galápagos como de la Amazonía, y crearán fideicomisos para lograr mayores réditos en favor de la naturaleza.
El más reciente canje se dio el martes a través de la organización estadounidense The Nature Conservancy y permitirá destinar alrededor de 460 millones de dólares a conservar la Amazonía mediante el Programa Biocorredor Amazónico.
Su fin es mejorar la gestión de 4,6 millones de hectáreas de áreas protegidas, preservar otras 1,8 millones de hectáreas de bosques y humedales, así como 18.000 kilómetros de ríos.
Con esta conversión de deuda, Ecuador recompró por unos 1.000 millones de dólares bonos soberanos que había emitido en 2020 por valor de más de 1.500 millones de dólares, y a cambio emitió un nuevo bono a mayor plazo (2041).
De acuerdo a The Nature Conservancy, la operación supondrá en total más de 800 millones de dólares en ahorros fiscales netos para Ecuador para 2035, 23,5 millones de dólares al año, por 17 años.
De esas cantidades anuales, 19 millones de dólares financiarán el Programa Biocorredor Amazónico y otros 4,5 millones de dólares anuales capitalizarán una dotación que se espera que genere aproximadamente 60 millones de dólares en rendimientos adicionales, para un valor final total proyectado de 137 millones de dólares en 2041.
Canje para Galápagos
El año pasado, Ecuador marcó un hito mundial en protección del medioambiente al realizar el mayor canje de deuda de la historia por naturaleza.
En total fueron 1.628 millones de dólares en bonos soberanos de Ecuador que acabaron recomprados por 656 millones de dólares, en una operación facilitada por las organizaciones ambientalistas Ocean Finance Company (OFC) y Pew Bertarelli Ocean Legacy.
Esto supuso un ahorro para el Estado ecuatoriano de unos 1.121 millones de dólares, incluidos los intereses.
Como parte de este histórico canje de deuda, se prevé destinará hasta unos 460 millones de dólares a la conservación de Galápagos.
Los fondos para naturaleza resultantes de esta operación los administra el Galápagos Life Fund (GLF), una organización creada para canalizar el dinero mediante subvenciones que garanticen el manejo sostenible de los recursos marinos del archipiélago.
Ya el pasado lunes, GLF abrió su primera convocatoria para escoger los primeros proyectos que recibirán el dinero.
En esta oportunidad, se destinarán unos 2,5 millones de dólares a proyectos de pesca sostenible y un millón de dólares para educación enfocada en conservación marina en el archipiélago de Galápagos, designado Patrimonio Natural de la Humanidad, por la Unesco, en 1978.
Una de las prioridades del dinero proveniente de este canje de deuda será la implementación del plan de manejo de la reserva marina Hermandad, creada en 2022, con una superficie de 60.000 kilómetros cuadrados para proteger un corredor que conecta la Reserva Marina de Galápagos con la isla costarricense de Cocos.
Susana Cárdenas, copresidenta del GLF, indicó a EFE que para conservación marina se invertirán aproximadamente 17 millones de dólares anuales por 18,5 años.
«De ese monto, 12 millones cada año se destinan a proyectos de conservación y 5 millones a capitalizar un fondo fiduciario para contar con recursos a perpetuidad», dijo.