Un equipo de científicos de Francia, Rusia y Alemania logró revivir siete virus que permanecieron en el permafrost siberiano, uno de los cuales tiene 48,500 años de antigüedad, y advirtió que el cambio climático, por el aumento de la temperatura, podría provocar la liberación de esos microbios contra los que los humanos no tienen inmunidad.
Durante el estudio, que fue publicado el 10 de noviembre en el servidor de preimpresión bioRxiv y todavía debe ser verificado por otros académicos, primero tomaron muestras del permafrost en Siberia cerca de la boca del río Lena (Rusia), así como en la península de Kamchatka.
Después de analizar las muestras, los científicos pudieron caracterizar de forma preliminar 13 virus y revivir siete de ellos que luego fueron cultivados para la secuenciación del genoma vírico.
Como resultado, establecieron que la mayoría (4) de los virus pertenece al género gigante ‘Pandoravirus’ y no habían sido descubiertos hasta ahora, mientras que otros tres son de las familias ‘Mimiviridae’ y ‘Pithoviridae’. Todos de ellos infectan amebas y son los más grandes de estos agentes patógenos.
¿Cuánto tiempo pueden permanecer infecciosos?
En su trabajo, el equipo investigador alertó que en caso de que se liberen tales microorganismos, que estuvieron «atrapados en el permafrost hasta 2 millones de años» en estado de criptobiosis, aparecería un potencial «problema de salud pública».
«La situación podría ser mucho más desastrosa en el caso de enfermedades vegetales, animales o humanas causadas por la reactivación de un antiguo virus desconocido», acentuaron.
En esta línea, enfatizaron que las recientes y actuales pandemias demostraron que «cada nuevo virus, incluso relacionado con familias conocidas, casi siempre requiere el desarrollo de respuestas médicas muy específicas, como nuevos antivirales o vacunas».
Asimismo, admitieron que todavía es imposible estimar cuánto tiempo podrían permanecer infecciosos tales microbios una vez expuestos a las condiciones exteriores y que probabilidades hay de que encuentren y contagien a «un huésped adecuado» en un tiempo medio.
Sin embargo, el riesgo de tal escenario «está destinado a aumentar», ante el calentamiento global con el deshielo del permafrost, el incremento de la población en el Ártico como resultado de su industrialización.