Santo Domingo. – La derrota de los Gigantes del Cibao no solo evitó que la República Dominicana conquistará su tercer título de la Serie del Caribe de manera consecutiva, sino que le quitó la oportunidad al veterano intermedista Robinson Canó de conquistar el premio al Jugador más Valioso del clásico caribeño.
El equipo dominicano cayó en la final 4-1 ante los Caimanes de Barranquilla de Colombia, logrando la distinción el inicialista Reynaldo Rodríguez, quien tuvo una destacada actuación en el triunfo de su equipo.
Sin embargo, no existe duda alguna de que, si el resultado hubiese caído del lado de los Gigantes, Canó habría sido la figura merecedora del este reconocimiento.
En los siete partidos que disputó el conjunto de la República Dominicana, Canó bateó para promedio de .416, con un doble, un triple, tres anotadas y ocho remolcadas, además de siete bases por bolas y apenas un ponche.
Canó lideró el torneo en carreras empujadas, con ocho, casi el 30 % de las 27 carreras que anotó su equipo en el certamen que se disputó en el estadio Quisqueya de Santo Domingo.
De las ocho carreras que llevó a puerto seguro, Robinson, quien fue escogido como el segunda base del Equipo Todos Estrellas de la Serie del Caribe, cuatro fueron luego de dos outs, cuando era imprescindible que pegara de hit, para producir para su equipo.
Además, esta cifra se traduce en un 50 % del total de vueltas que empujó en el torneo, lo que aumenta su valor para el éxito de su equipo.
En su paso por el clásico caribeño, Canó remolcó dos carreras que definieron la victoria en favor de los dominicanos, en cuatro de ellas llegaron en momentos para tomar la delantera o para ampliar la ventaja, cuando la diferencia era de dos carreras o menos.
El grado de productividad del intermedista fue tal que en las dos derrotas que sufrió su equipo ante los Caimanes de Barranquilla, incluida la final, remolcó las únicas dos anotaciones de los Gigantes.
Robinson, quien pegó 10 imparables y tomó siete bases por bolas, se embasó por lo menos en dos ocasiones en cada uno de los partidos de la contienda de campeones de la región, siendo un bate prácticamente impenetrable, ponchándose en solo una oportunidad, colocándose como una apuesta segura para su equipo, en busca de producir anotaciones.
Los números muestran lo grandiosa, oportuna y valiosa que fue la actuación de Canó, en una Serie del Caribe, en la que la derrota de su equipo lo privó de ganar su segundo premio al Jugador Más Valioso representando a su país, como lo hizo en 2013, cuando lo conquisto en el Clásico Mundial de Béisbol jugando para la República Dominicana.