En 2022, la Semana Mundial del Agua se celebra del 23 de agosto al 1 de septiembre en el corazón de Estocolmo en el Stockholm City Conference Centre, donde se celebró la Semana Mundial del Agua en los años anteriores. Se abordará el tema «Ver lo invisible: el valor del agua».
Esta Semana Mundial del Agua es un punto estratégico para los problemas del agua en todo el mundo. Con ella se pretende reflexionar sobre los problemas de la falta de agua en el mundo.
En este foro se reúnen expertos de todo el mundo para analizar y poner soluciones a los desafíos hídricos más acuciantes del planeta.
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El agua es indispensable para la vida
Imagina que vayas al grifo y no salga ni una gota de agua, no podrías beber, lavarte, lavar los alimentos, curar una herida con seguridad. Imagina una cocina sin agua, un hospital sin agua.
En muchos países del mundo, en los hospitales no disponen de agua corriente y limpia, lo que genera graves problemas, infecciones y muchas muertes relacionadas con esta falta de higiene.
Además el agua o la falta de ésta tiene gran impacto en muchos otros aspectos de la Humanidad: la producción de alimentos, de energía, el cambio climático, la educación y la salud.
Podríamos decir que es el elemento básico sin el cual no está garantizada la vida. Y sin embargo es un recurso escaso en algunas zonas del mundo, con datos alarmantes. Se estima que 4 de cada 10 habitantes del planeta están afectados por escasez de agua.
Datos preocupantes sobre el agua
Según UNICEF y la Organización Mundial de la Salud:
- 2,1 billones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura.
- 4,5 billones de personas carecen de servicios de saneamiento seguros.
- 340.000 niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarreicas.
- Al menos 1.800 millones de personas en todo el mundo beben agua que no está protegida contra la contaminación de las heces.
Antecedentes de la Semana Mundial del Agua
En julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció el derecho de todas las personas al agua y al saneamiento. Ello implica que cada persona debería tener acceso a una cantidad suficiente de agua para uso doméstico: entre 50 y 100 litros de agua al día.
Y además que sea segura, aceptable y asequible. Su coste no debe suponer más del 3% de los ingresos del hogar. Y la fuente no debe estar más lejos de 1 Km del hogar ni su recogida superar los 30 minutos.