Una lengua de polvo en suspensión proveniente del africano Desierto del Sáhara, impulsada por el viento, ha cubierto buena parte de España. Un fenómeno de tal envergadura que no se registraba desde hace décadas y que está recorriendo el país de sur a norte.
Las autoridades han recomendado reducir a lo imprescindible toda actividad al aire libre o posponerla hasta que las condiciones meteorológicas cambien, avisando de que se puede producir picor en los ojos y en la garganta y de que hay que tener especial cuidado con los niños, ancianos y personas con problemas respiratorios.
Por el momento, desde que comenzara este lunes la llegada de la calima, como se denomina este aire cargado con partículas de arena del Desierto del Sáhara, más de la mitad de la Península Ibérica se encuentra con coches, edificios y calles cubiertas de polvo, o de barro en los lugares donde ha llovido, como si de un filtro sepia se tratara. Además, muchos cielos se han teñido en estas horas de naranja.
El polvo sahariano ha aprovechado el costado este de la Dana Celia que se ha formado en el golfo de Cádiz para desplazarse desde el desierto hasta Europa occidental, provocando una situación excepcional.
