Uagadugú.- Tres soldados han sido detenidos en Burkina Faso acusados de un «complot militar» contra la junta castrense que dirige el país desde el golpe de Estado del 30 de septiembre de 2022, informó hoy la Fiscalía militar.
En un comunicado, el procurador militar, Alphonse Zorma, afirmó que a finales del pasado mes recibió denuncias sobre «militares y exmilitares» que en labores de «inteligencia» procedieron a identificar «puntos sensibles y domicilios» de autoridades como el presidente de la transición, capitán Ibrahim Traoré.
Esas actividades, subrayó, buscaban «desestabilizar la conducción de la transición», término usado para describir el gobierno de la junta antes de las prometidas elecciones, por lo que la Gendarmería abrió una investigación.
Hasta la fecha, tres militares han sido puesto bajo «detención preventiva» por «complot militar, violación de consignas, complot contra la seguridad del Estado, asociación de malhechores y poner en peligro la vida de otros».
Los arrestados son el suboficial Windinmalegde Kabore, el sargento Brice Ismael Ramde y el excabo Sami Dah, que había sido procesado anteriormente por un complot contra el Estado en 2015.
Los tres «han reconocido los hechos sin ambages», aseguró el procurador militar, al agregar que continuarán las investigaciones para «establecer todas las implicaciones eventuales».
Traoré, de 35 años, juró el pasado octubre el cargo de presidente de transición en la sede del Consejo Constitucional en la capital burkinesa, Uagadugú.
El capitán accedió el puesto tras ser designado presidente de transición, jefe de Estado y jefe supremo de las Fuerzas Armadas por una conferencia nacional.
Traoré se reunió en Uagadugú en octubre con una delegación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y aseguró que respetará el calendario que esa organización acordó con su predecesor, teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba.
Ese calendario prevé el retorno del orden constitucional el 1 de julio de 2024 como muy tarde.
Burkina Faso vivió el pasado 30 de septiembre su segundo golpe de Estado de 2022, después del dirigido el 24 de enero por Damiba.
La toma del poder por los militares tuvo lugar en ambas ocasiones tras el descontento entre la población y el Ejército por los frecuentes ataques yihadistas que soporta el país desde abril de 2015, efectuados por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico y que han desplazado a más de dos millones de personas.