Madrid.- Una operación internacional ha permitido detener en la República Dominicana al principal investigado de una organización dirigida por rusos que habría estafado 645 millones de euros con inversiones falsas en plantas de cannabis de uso medicinal, y capturar a ocho sospechosos más entre España y otros países europeos.
Han participado fuerzas de seguridad españolas, dominicanas, alemanas, francesas, estadounidenses y británicas, con la colaboración de EUROPOL y EUROJUST, informó este sábado la Policía española en un comunicado.
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Los acusados de pertenecer a esta organización criminal, que actuaba en 35 países, fueron arrestados en España (2), Alemania (2), Reino Unido, Letonia, Polonia, Italia, además de la República Dominicana.
Además, se bloquearon cuentas bancarias por valor de 58.600 euros, 116.300 euros en criptomonedas y 106.000 euros en efectivo, así como diez bienes inmuebles por valor de 2,6 millones de euros.
En la operación fueron intervenidas joyas, obras de arte y vehículos de alta gama, así como material informático y diversa documentación.
A esto se añade el bloqueo, al inicio de la investigación, de 4,5 millones de euros de una cuenta que la organización tenía en Chipre y cuatro cuentas de bitcoins valoradas en 1,4 millones de euros.
La Audiencia Nacional española investigaba desde septiembre de 2022 a la organización Juicy Fields, después de que el juez Manuel García Castellón admitiera a trámite una querella contra esta sociedad, que ofrecía rentabilidades muy altas en cultivos de marihuana con usos medicinales.
Los estafadores operaban con una plataforma de inversión fraudulenta y habrían cometido un delito de estafa masiva, basado en una fuerte inversión en campañas publicitarias y presencia en eventos y ferias cannábicas para captar clientes.
Estafa piramidal
El modelo de negocio consistía en utilizar el capital transferido de los inversores a los socios cultivadores para financiar la cría de plantas de cannabis; una vez hecha la cosecha, se vendería el producto y la plataforma recibiría una parte del beneficio que, posteriormente, devolvería al inversor.
Con este sistema se prometía a las víctimas beneficios de entre el 70 % y el 168 % al año, según la especie de cannabis.
Además, para facilitar la captación de clientes y ofrecerles confianza, la plataforma contaba con oficinas físicas de información al inversor en ciudades de Europa (Valencia, Berlin, Zúrich, Ámsterdam y Lisboa).
Sin embargo, agentes españoles comprobaron que los fondos captados no se reinvertían totalmente en cannabis medicinal, sino que parte se destinaba a pagos parciales a las víctimas, otra porción al marketing y una gran parte al enriquecimiento de los investigados.
La mayor parte del dinero de los inversores se ocultaba con un complejo entramado de cuentas bancarias, sociedades pantalla y testaferros de Europa del Este.