Bogotá.- El Gobierno de EE.UU. reconoció este martes que las «políticas del pasado» contra el narcotráfico «han marginalizado a algunas personas» y que lo pueden hacer mejor en este terreno y por ello esperan poder cooperar con Colombia en una «nueva era» que ataje el problema de las drogas.
«El presidente (Joe) Biden es consciente de que algunas políticas del pasado han marginalizado a algunas personas y no han trabajado para muchas poblaciones y lo podemos hacer mejor», aseguró el director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, Rahul Gupta, en una declaración en Bogotá.
Gupta lidera junto a otros altos cargos del Gobierno estadounidense una misión a Colombia, durante la cual hoy se reunieron con el presidente Gustavo Petro, y con varios de los nuevos ministros del país, para debatir temas como la crisis climática, el desarrollo rural y el problema de las drogas, que son puntos clave de la nueva agenda bilateral.
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Según el doctor Gupta, la Administración de Biden «está en una nueva era en la política de drogas que es holística, basada en ciencias, compasiva y centrada en las personas», algo en lo que, como afirmó, coincide el nuevo Gobierno colombiano.
Esta «nueva era» busca poner el problema de las drogas como un asunto de salud y sociosanitario, dejando atrás -pero sin soltar- el enfoque militarista que ha habido contra el narcotráfico, en el que EE.UU. ha intervenido en múltiples ocasiones en países latinoamericanos y muy concretamente en Colombia.
«Colombia debe ver a Estados Unidos como un aliado cuando se trata de impulsar el desarrollo rural, combatir la corrupción, combatir el daño climático y avanzar para la inclusión de las poblaciones marginalizadas», dijo el representante estadounidense.
Nueva agenda bilateral
Por su parte, el embajador designado de Colombia en EE.UU., Luis Gilberto Murillo, aseguró que ambos países tendrán grupos de trabajo para profundizar en estos temas que trataron con la delegación estadounidense.
Los dos países hablaron de «avanzar en políticas comunes en lo relacionado a crisis climática, justicia climática, protección ambiental» y «en todo lo que tiene que ver con la paz completa», programa bandera del Gobierno de Petro.
Asimismo conversaron sobre emplear los «recursos para la seguridad integral, la seguridad humana, empezando la lucha contra diversos delitos, incluidos los ambientales, avances en la seguridad rural y en la titularidad de tierras y esto en el marco de una lucha frontal contra el narcotráfico».
Durante su investidura, el pasado 7 de agosto, Petro abogó por «una nueva convención internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado rotundamente, que ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados durante estos 40 años» e incluso ha llevado a Estados como el colombiano a cometer crímenes y «ha evaporado el horizonte de la democracia».
De esa manera, el nuevo Ejecutivo aboga también por incluir un importante enfoque de prevención, sumado a la perspectiva de las drogas como un problema de salud, y que contemple la legalización de algunas sustancias como la marihuana, aunque de momento no ha habido ninguna decisión firme sobre el tema