jueves, junio 20, 2024

El jefe también comete errores

Así es, el jefe suele cometer errores, pero no nos enteramos. En algunos casos, asumimos que al ser jefes de una sección o gerentes de una empresa, debemos ser perfectos y no cometer errores en nuestro trabajo, pero somos humanos y cometemos errores. Como queremos cuidar nuestra imagen de perfección y ejemplo delante de nuestros dirigidos, tendemos a realizar dos maniobras comunes a todos los mortales: ocultar o culpar.

Pero debemos considerar las consecuencias de estas formas de mantener limpia nuestra imagen dentro de la empresa. Al ocultar un error delante de mi equipo de trabajo, estoy aceptando y aprobando que mis dirigidos pueden y deben hacer lo mismo, sabiendo que esto perjudica a todo el equipo, sobre todo cuando el error es descubierto. Esto desencadena la segunda maniobra, que es culpar. Sabemos que se cometió un error, y es un error que yo he cometido, pero al ser descubierto debo defenderme, debo defender mi posición de jefe, debo defender mi ego, debo defender mi imagen, y me defiendo con un buen ataque: busco a un culpable, a un chivo expiatorio que cargue con la culpa de mi error. Al hacer esto delante de mi equipo de trabajo, estoy aceptando y aprobando que los miembros de mi equipo pueden hacer lo mismo, siempre y cuando no me culpen a mí.

Es muy perjudicial conducir un equipo donde el concepto de error significa una mancha personal delante del equipo, algo así como errar un penal en una final de fútbol. Generamos el concepto de que el éxito es del equipo y las culpas tienen nombre y apellido. Para las buenas somos equipo, pero para las malas te quedas solo.

¿Qué pasaría si damos el ejemplo y somos los primeros en admitir nuestros errores?

He cometido un error y debo decirlo a mis compañeros de equipo afectados, a mis dirigidos, a mi jefe, a todos aquellos que me pueden ayudar a corregirlo. Esto genera algo muy importante en el equipo, que es la CONFIANZA, la tranquilidad de saber que si algo salió mal por error humano, entre todos podremos buscar la solución, y aceptar que no somos infalibles, incluso el dueño de la empresa.

Mi compañero ha cometido un error, y antes de ir a acusarlo delante del jefe para ganar un poco de posición de alcahuete, debo ayudar a mi compañero a buscar la solución y acudir al jefe con soluciones, no con problemas. Esto genera FORTALEZA en el equipo, al considerar que no me interesa acusar, sino ayudar a salir adelante a pesar del error. Mi compañero me considera parte de su equipo, sabe que ante un problema existe quien le tiende la mano para salir adelante. Si tienes un problema, no estarás solo; tu equipo estará a tu lado.

Mostrar a los demás que cometemos errores, como cualquier ser humano, y los sabemos administrar dentro del equipo de trabajo, sin dudas fortalecerá los lazos de confianza, seguridad y solidaridad entre los miembros, y esto reducirá la posibilidad de error, aumentando la eficacia del trabajo de equipo. Se destierra el miedo, la apatía, la arrogancia, la soberbia, y se establece la humildad del reconocimiento, la certeza de llegar a las metas con un equipo consolidado en sus relaciones interpersonales.

Esto lo he probado como jefe de sección con distintos equipos de trabajo y funciona muy bien al momento de reducir los errores de procedimientos, al momento de detectar fallas que nunca fueron detectadas, al momento de generar ideas para elevar los niveles de producción, al momento de aportar ideas para mejorar procedimientos. Y, sobre todo, se nota el cambio de conducta de las personas cuando se enfrentan a un error en sus tareas, siendo abiertos y manifestando confianza en el equipo de gente que los rodea, sin miedos ni culpas, simplemente aceptando que no somos perfectos.

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