Lisboa.- Portugal registró 15.616 interrupciones voluntarias del embarazo en las 10 primeras semanas de gestación, el máximo que permite la ley, en 2022, un aumento del 15 % respecto al año anterior y tras dos caídas consecutivas durante la pandemia.
La cifra es superior a los datos registrados en 2018 (14.034), 2019 (14.364), 2020 (14.029) y 2021 (13.608), disponibles en un informe divulgado este miércoles por la Entidad Reguladora de la Salud (ERS) de Portugal y que excluye a los archipiélagos de Madeira y Azores, que tienen sus propios organismos autonómicos.
Si se tienen en cuenta también los procedimientos realizados por motivos clínicos -como peligro para la madre o malformaciones- o en casos de agresión sexual, el número total de interrupciones en 2022 ascendió a 16.202, aunque el grueso (casi el 96 %) correspondió a los abortos por voluntad de la mujer, en línea con años anteriores.
Más de la mitad de las interrupciones totales, el 59 %, se efectuaron en la región de Lisboa y Valle del Tajo y los procedimientos fueron realizados, de media, a las 7,5 semanas de gestación.
La ERS también recoge que hay una diferencia entre el número de consultas previas y el total de abortos realizados.
En el período 2018-2022, hubo 7.041 consultas más que interrupciones y, aunque «en muchos casos» no se pudo identificar el motivo de que el procedimiento finalmente no se realizase, en al menos 1.366 se debió a que se había superado el plazo legal.
Esta razón lidera la lista de motivos identificados para no realizar el aborto tras una consulta, seguida de la decisión de continuar con el embarazo, con 795 casos.