Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco denunció la explotación infantil, que consideró una violación contra la dignidad humana, y pidió a todos los actores sociales que trabajen para erradicarla.
El pontífice argentino realizó este llamamiento al recibir hoy a los participantes de la Conferencia Internacional «Erradicar el trabajo infantil, construir un futuro mejor», que se celebra en el Vaticano.
«La lacra del trabajo infantil, sobre la que hoy reflexionan, es de especial importancia para el presente y el futuro de nuestra humanidad», dijo Francisco.
Además, añadió: «la forma en que nos relacionamos con los niños, la medida en que respetamos su dignidad humana y sus derechos fundamentales expresan qué tipo de adultos somos».
El papa consideró «chocante y preocupante» que en las economías actuales, en las que el innovación industrial lleva a hablar incluso de una «cuarta revolución industrial».
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Asimismo, dijo que sigan existiendo «el empleo de niños en actividades laborales» y denunció que la pandemia de Covid-19 ha agravado aún más la situación.
Trabajo infantil
Señaló que no hay que confundir el trabajo infantil con las pequeñas tareas domésticas que realizan los niños para ayudar, según su edad.
Mientras que denunció «la explotación de los niños en los procesos de producción de la economía globalizada para el beneficio y la ganancia de otros.
«Se está robando a los niños su futuro, y por tanto a la propia humanidad. Es una violación de la dignidad humana», criticó.
Realizó un llamado a todos los actores sociales para combatir el trabajo infantil y las causas que exponen a los niños al trabajo.
«La pobreza extrema, la falta de trabajo y la consiguiente desesperación de las familias».
«Si queremos erradicar la lacra del trabajo infantil, debemos trabajar juntos para erradicar la pobreza, corregir el sistema económico actual.
También instó a aunar esfuerzos «para promover una educación de calidad en todos los países, gratuita para todos, así como un sistema sanitario accesible para todos sin distinción».
Para el pontífice, la existencia aún del trabajo infantil «es un verdadero problema de civilización».