Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco no testificará, como habían pedido algunas defensas, en el juicio que se sigue en el Vaticano por supuestas irregularidades financieras, cuyo principal imputado es el cardenal Angelo Becciu, mientras que sí declarará el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra, adjunto de la Secretaria de Estado vaticana.
El presidente del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Pignatone, informó este jueves de los testigos admitidos a declarar entre los solicitados por las defensas de este proceso en el que están imputadas diez personas por la gestión de los fondos de la Secretaría de Estado vaticano.
Entre ellos, figura monseñor Peña Parra, mientras que la corte se ha reservado su decisión sobre la eventual declaración el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, que se tomará a tenor de la deposición de su adjunto.
El pontífice, cuya declaración había sido solicitada por varias defensas, no comparecerá como testigo, en tanto que sí han sido admitidos, entre otros, el presidente de Ior, el banco vaticano, Jean-Baptiste de Franssu, y el hermano del cardenal Becciu, Antonino.
El cardenal Angelo Becciu está imputado con otras 9 personas en este juicio que desde julio de 2021 trata de esclarecer supuestas irregularidades en la Secretaría de Estado vaticana, de la que fue número dos hasta 2018, y la compra fraudulenta de un edificio en Londres.
También se han admitido las declaraciones de los obispos Sebastiano Sanguinetti y Corrado Melis, el periodista Emiliano Fittipaldi y el comandante de la Gendarmería vaticana Gianluca Gauzzi.
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Pignatone desestimó además una nueva declaración de la exconsultora Francesca Chaouqui, después de la que hizo en la audiencia del 13 de enero sobre Alberto Perlasca, responsable administrativo de la Secretaría de Estado hasta 2019 y que, aunque investigado, no fue imputado por haber ayudado en las pesquisas.
En esa audiencia se supo que Chaouqui, que fue consultora en la reforma económica de la Santa Sede, intentó presionar a Perlasca para lograr una rehabilitación del papa tras su condena, para poder trabajar en el Vaticano.